Continúa la polémica por el recorte a la ciencia

El gobierno acordó un refuerzo de 750 millones de pesos para la cartera de Ciencia y Tecnología, sobre los casi 14 mil millones asignados para el 2017. Sin embargo, la comunidad científica lo considera insuficiente y alerta sobre los riesgos para el desarrollo de la investigación científica local.

(Agencia CTyS-UNLaM) - Tras semanas de debate y manifestaciones acerca del ajuste presupuestario en el sector científico, el gobierno nacional informó que incrementará en 750 millones de pesos las partidas para la cartera de Ciencia y Tecnología, y en 150 millones para la Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA).

Sin embargo, estos aportes alcanzan sólo a dos de los distintos sectores involucrados en el área de ciencia, dejando por fuera al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, con una reducción del 17% en términos reales; el Instituto Nacional de Tecnología Industrial, con una caída del 17% y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, que reduce su presupuesto un 34 %, entre otros organismos, según indican varios científicos.

Estos datos surgen de un informe presentado por el Dr. en Ciencias Económicas Fernando Peirano, ex subsecretario de Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la cartera de ciencia, en el que se analizan los recursos asignados a Ciencia y Técnica, repartidos entre nueve ministerios e instituciones como el Conicet, INTA, INTI, CNEA, ANLIS y Agencia, entre otras.

Allí se señala que, pese al aumento del 27% de los recursos en términos nominales, las partidas presupuestarias equivalen al 90% del presupuesto de 2016. En esa línea, aclara que “se necesitan, al menos, 5.671millones de pesos adicionales al presupuesto 2017 para que el área de ciencia y tecnología mantenga la misma capacidad económica que tuvo en 2016”.

El informe sostiene también que, si bien el Conicet es uno de los pocos organismos científicos que incrementará en un 3% sus recursos, “el peso de los salarios sobre el total del presupuesto aumentará y llegará al 96% del total”, por lo que se perderá capacidad de financiamiento de proyectos de investigación, equipamiento e infraestructura.

Por otro lado, el informe pronostica dificultades en el financiamiento del 10% de aumento de la planta del Conicet, previsto en el Plan Institucional 2015-2019.

Según Peirano, el recorte a ciencia y la tecnología disminuye el capital invertido por investigador; implica un alejamiento de la meta de 1.5 % de I+D sobre el PBI para 2019; facilita las condiciones para la “fuga de cerebros”; provoca “una pérdida de las ventajas logradas en campos como el satelital, nuclear, biotecnológicos o informática”; y dificulta la tecnificación de las industrias a causa de la falta de créditos y subsidios.

El investigador no fue el único en someter a análisis el presupuesto que se votará el próximo 2 de noviembre en el Congreso de la Nación. También el Dr. en Física Fernando Stefani, vicedirector del Centro de Investigaciones en Bionanociencias (CIBION–CONICET), realizó un estudio en el que compara los presupuestos asignados al MINCYT durante los últimos siete años.

En su informe, presentado antes del anuncio de refuerzos al MINCYT por parte del gobierno nacional, Stefani detalla que el presupuesto destinado a esa cartera (que, a su vez, contiene al CONICET y a la CONAE) tuvo un crecimiento sostenido desde 2009 hasta 2014, pero que, en 2015, comenzó a decrecer. “El presupuesto en curso equivale al de 2012 y, si se aprueba el presupuesto 2017 sin modificaciones, los recursos del próximo año alcanzarán un mínimo histórico de 0,59%”, advierte.

Por su parte, el Dr. en Física Jorge Aliaga, trazó una comparación del presupuesto 2016 y 2017 de todas las áreas de Ciencia y técnica del Estado, incluyendo sectores como Fabricaciones Militares y la Administración de Parques Nacionales. Su resultado fue contundente: “Se le sacan 4.358 millones a la finalidad Ciencia y Técnica”.

“El total del presupuesto se incrementa en 50,54 % mientras que la finalidad CyT lo hace en sólo el 32,36 %. Se destaca que, salvo el Instituto Geográfico Nacional (IGN), el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y el Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), el resto de las dependencias sufren disminuciones en pesos o subas menores al incremento del total del presupuesto”, detalla en su análisis.

Según Aliaga, el presupuesto nacional total del 2017 disminuye, en dólares, un 5.18% respecto del presupuesto vigente, mientras que el conjunto de las áreas de Ciencia y Técnica percibe “una baja de 16,63%”.

La preocupación por la continuidad de los proyectos de investigación y desarrollo se hizo visible en la comunidad científica que, a poco de conocer el proyecto de Ley de presupuesto, presentó un petitorio para su modificación.

“Es una mala señal hacia la sociedad. Es cierto que el gobierno actual pretende ajustar la economía y redirigir los esfuerzos hacia la obra pública, algo que la infraestructura del país necesita. Pero lo que se recorte ahora en ciencia quizá no lo va a ver este gobierno ni el siguiente, lo van a ver dentro de diez años, porque son las investigaciones de hoy las que van a los productos de mañana”, opinó, en diálogo con Ciencia Modulada, el Doctor en Física e investigador de la UNSAM, Galo Soler Illia.

Soler recibió el Gran Premio INNOVAR 2016 por el desarrollo de naNoBact, un recubrimiento antibacteriano para distintas superficies a partir de nanomateriales. Su proyecto, un estudio que comenzó en 2009, da cuenta del tiempo que lleva gestar un desarrollo que, para poder materializarse, requiere de años de investigación básica.

“La ciencia es la madre de las tecnologías y es la madre de la innovación, por eso es muy importante mantener lo que se está haciendo con seriedad e incluir a la industria en este debate porque, si no, vamos a seguir vendiendo semillas, barros con cobre y ladrillos de sal de litio: materia prima sin valor agregado”, concluyó el especialista.