Descubren que la soja contrarresta un metal contaminante que afecta a varios órganos

Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) analizaron cómo, en modelos animales, la ingesta de soja disminuye el efecto oxidante que produce en las células el cadmio, un metal altamente tóxico que se encuentra, principalmente, en pinturas y cigarrillos. Sin embargo, advierten que su consumo en grandes cantidades podría tener un efecto adverso en niñas y adolescentes.

Marianela Ríos (Agencia CTyS - UNLaM) - Ya para 1993, cuando la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasificó al cadmio como carcinogénico, varios estudios en torno a este metal pesado daban cuenta de su peligrosidad tanto para animales como para humanos.

Sin embargo, a pesar de sus efectos adversos, el cadmio sigue presente de manera considerable en diversos ámbitos industriales. Por ello, encontrar una forma de contrarrestarlo se convirtió en el objetivo de un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), que encontró en la soja una aliada sin precedentes. 

“Sabíamos que la soja tiene propiedades antioxidantes. Teniendo en cuenta que el cadmio tiene un mecanismo de acción que daña las células, generando estrés oxidativo – producción de derivados del oxígeno que inducen el mal funcionamiento de las células-, comenzamos a evaluar qué sucedía si realizábamos un modelo experimental de intoxicación con cadmio en ratas, en el que sólo les diéramos una dieta a base de soja”, relató Silvina Álvarez, una de las autoras del trabajo e investigadora del CONICET, a Agencia CTyS-UNLaM.

De esta manera, comprobaron que, en modelos animales, la soja actúa como protectora del sistema nervioso central, impidiendo que el metal ingrese y dañe las células del cerebelo, mientras que, en otros órganos, su impacto también es positivo aunque en menor medida. “En el pulmón casi se revierte en su totalidad esta falla estructural que produce el cadmio”, precisó.

En ese sentido, aclaró que, si bien el estudio fue realizado en animales, podría tener un efecto similar en humanos: “Se han hecho estudios similares sobre cadmio en China donde hay una gran cantidad de gente intoxicada y, en los trabajos en riñón, se pudo comprobar que los efectos en animales y personas son los mismos”. 

Para la investigadora de la UNSL, teniendo en cuenta los resultados del trabajo realizado, “aumentar el consumo de soja colaboraría para disminuir el efecto tóxico que tiene el cadmio”. Sin embargo, también aclaró que una dieta basada en un consumo de grandes cantidades de soja podría tener un efecto contraproducente en niñas y adolescentes. “Vimos que en algunos de nuestros modelos en ratas hay una maduración temprana de la glándula mamaria acompañada por fibrosis, por eso es importante tener cuidado en esas edades. Ya en la etapa adulta no tiene efecto”, precisó.

Según descubrió el equipo de investigación, la soja actúa como protectora del sistema nervioso central, impidiendo que el cadmio ingrese y dañe las células del cerebelo. Fuente: UNSL Prensa Institucional

Fumar, un hábito también peligroso para la salud reproductiva

El cadmio es un metal que se encuentra principalmente en la corteza terrestre. Es ampliamente utilizado en varias industrias, como la agrícola y de pinturas, y puede estar en objetos de uso común como toners, fotocopiadoras y, principalmente, en cigarrillos. Esto se debe a que la planta del tabaco tiene la capacidad de absorber grandes cantidades de este metal.

“La planta tiene contacto con el cadmio a partir de los fertilizantes fosforados que contienen este elemento químico. Cuando rocían la planta, parte cae en ella y parte cae en el suelo. Por ende, sí o sí  lo adquiere. Y a esto se le suma que el tabaco se caracteriza por almacenarlo en sus hojas, que son las que después se utilizan para hacer los cigarrillos”, explicó Álvarez, quien estudia los efectos contaminantes de este metal hace más de 20 años.

En ese marco, encontró un peligroso vínculo entre el consumo del cigarrillo y la reproducción masculina. La investigadora de la UNSL indagó sobre la contaminación de cadmio en la próstata, un estudio que no contaba con antecedentes. Tras llevar adelante un trabajo experimental en el que suministraron dosis altas de cadmio en ratas, logró comprobar que este elemento químico alteraba las células del órgano masculino.

“Cuando uno fuma, el cadmio se transforma en óxido de cadmio y puede llegar a los pulmones o directamente pasar a sangre y una vez que está allí, puede ir a cualquier órgano del cuerpo. Si tenemos en cuenta que cada cigarrillo tiene entre 0.5 a 1 microgramo de cadmio y que la próstata colabora en la formación del semen, fumar podría tener implicancias negativas en la reproducción”, conjeturó.

Por último, Álvarez remarcó que otro de los perjuicios de este metal es que, con el tiempo, se acumula en el organismo. Según un informe elaborado por la OMS, su período de semidescomposición biológica oscila entre los 16 y 33 años y se aglomera, mayormente, en el riñón y los pulmones.  Por este motivo, la investigadora consideró que es “importante seguir estudiando” los efectos del cadmio. “A pesar de los años, este metal sigue siendo muy utilizado así que es necesario seguirlo de cerca”, advirtió.