Relevan el impacto de la cuarentena en el sector metalúrgico matancero

Un equipo del Departamento de Ciencias Económicas de la UNLaM reveló que casi la mitad de las empresas del sector metalúrgico encuestadas sufrieron una disminución en su producción durante los primeros tres meses de Aislamiento Social Obligatorio. El estudio arrojó también que, para el 52 por ciento de los consultados, las expectativas económicas en el corto y mediano plazo son “inciertas”.

(Agencia CTyS-UNLaM) – Con el objetivo de conocer la realidad de la industria metalúrgica de la Matanza durante el segundo trimestre del año, un equipo de investigadores de la UNLaM, en colaboración con la Asociación de Industriales metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), generó indicadores sobre cómo se desarrolló la actividad productiva local, cuáles fueron sus mayores obstáculos y qué expectativas económicas afloraron con este escenario.

Para ello, un equipo del Departamento de Ciencias Económicas encuestó a 26 empresarios del sector mediante un formulario de Google Forms, de los cuales casi la mitad se encuentra al frente de una PyME de entre 11 y 49 empleados y el resto dirige empresas con una planta de más de 50 personas. “Nos parece importante que la Universidad produzca datos específicos sobre la realidad industrial del Partido en el que se encuentra”, expresó la Magister Silvia Rampello a la Agencia CTyS-UNLaM.

Los resultados del sondeo indicaron que, a comparación del mismo periodo del año 2019, durante el segundo trimestre del 2020, el 46 por ciento del total de las empresas relevadas sufrió una reducción mayor al 50 por ciento, mientras que, para un 34 por ciento de estas PyMEs, la actividad se contrajo entre un 21 y un 50 por ciento.

El 73 por ciento de las metalúrgicas que respondieron a la encuesta se dedica a abastecer el mercado interno, pero un 37 por ciento también exporta su producción. Para este último sector, la actividad se vio afectada entre un 25 y un 50 por ciento desde que comenzó la cuarentena por COVID-19 hasta el mes de julio.

A su vez, el informe señaló que, a raíz de la disminución productiva, la mayoría de las empresas que continuaron con su actividad durante el aislamiento tomaron medidas que repercutieron en su personal, como recorte de horas regulares, eliminación de horas extras, recortes de jornadas laborales y suspensiones temporales. “Alrededor del 80 por ciento de los trabajadores se vieron afectados por alguna de las mencionadas medidas”, detalló Rampello.

Según el estudio, 23 de las 26 fábricas consultadas recibieron el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) brindado por el gobierno nacional ante la complejidad que atravesó el sector por la imposibilidad de, en principio, desarrollar sus actividades.

En relación a la situación financiera de las empresas, el estudió apuntó que la caída de la actividad, y la consecuente falta de liquidez, redundaron en el cese de pago de impuestos, dificultades para el pago de sueldos y el incumplimiento de los contratos financieros. Por último, los encuestados también señalaron dificultades en las cadenas de pago por cheques rechazados, propios y de terceros.

A pesar de que varias de estas empresas podían aplicar a las líneas de financiamiento con tasas subsidiadas del 24 por ciento provenientes de los bancos, la gran mayoría decidió no tomar esta alternativa por la “incertidumbre de la situación económica”.

Sin embargo, y a pesar de las condiciones adversas, los participantes reconocieron que el contexto aceleró un proceso de fuerte adaptación a nuevos canales virtuales de comercialización que, hasta el momento, no eran los predilectos para muchas empresas. En este sentido, resaltaron la incorporación de plataformas e-commerce como medio de ventas.

La economía postpandemia
De cara al futuro, el pronóstico tampoco muestra signos alentadores. Según las opiniones recabadas con la encuesta, “el 85 por ciento de las empresas consideraron que el escenario desatado con la pandemia no es propicio para el desarrollo de inversiones productivas, al menos a mediano y corto plazo”.

Por otra parte, la sensación que manifestó el 52 por ciento de los encuestados a la hora de hablar de sus expectativas es “incertidumbre”, mientras que un 16 por ciento espera “volver a los niveles habituales de actividad” y un 12 por ciento cree que tales valores no retornarán, al menos hasta fin de año.

Sin embargo, un 20 por ciento de los encuestados considera que, en el corto plazo, las condiciones no solo se recuperarán sino que aumentará la actividad económica. Luego de este pantallazo colectado en plena cuarentena, el equipo consideró pertinente repetir el sondeo para ver cómo la situación del sector evoluciona y, con ello, las expectativas futuras.

Al respecto, Rampello valoró: “Ya contábamos con información sobre la actividad metalúrgica a nivel nacional y provincial, es necesario entonces producir y monitorear indicadores que hablen de la realidad matancera, especialmente en este contexto de pandemia”.