"Mandela devolvió a los sudafricanos el orgullo de que es posible vivir juntos"

La docente e investigadora de la UBA y de la UNGS analiza la importancia de la figura del ex presidente de Sudáfrica, donde destaca su militancia frente al denominado apartheid y subraya sus características de liderazgo y carisma.

Por Marisa Pineau* (especial para Agencia CTyS): Nelson Mandela nació y se crió en un contexto en el cual Sudáfrica era una dependencia del gobierno británico, lo cual implicaba que sólo los blancos tenían la posibilidad de votar y de acceder a puestos políticos. El 80 por ciento de la población estaba totalmente excluido de todos los resortes del poder político.

Esto implicó que Mandela viviera y se escolarizara en un ambiente en el que la segregación (tanto espacial como laboral) era moneda corriente en el país sudafricano. Por ejemplo, todos los africanos debían llevar un documento que señalaba dónde vivían y dónde trabajaban, impidiéndoles desplazarse hacia otro lugar que no fuera el que estaba indicado allí.

Hay que aclarar que en ese momento, las actividades políticas en contra de la segregación racial estaban permitidas, siendo el Congreso Nacional Africano (CNA) uno de los organismos más importantes en esta lucha.

Sin embargo, la situación cambiaría después de la Segunda Guerra Mundial, con la declaración de los Derechos Humanos, en la ONU, en 1948, y la modernización del régimen de segregación, que se convertiría en el apartheid. Dicho contexto generó un clima político muy fuerte en Sudáfrica, en el que Mandela estaría profundamente involucrado al participar activamente de los boicots a las políticas segregacionistas, que a su vez crecían en intensidad.

La decisión, por parte del gobierno, de prohibir cualquier agrupación antiapartheid obligó a Mandela y al resto de sus compañeros a seguir la lucha en la clandestinidad. Una vez conformada la Umkhonto we Sizw (“la punta de la lanza de la Nación”), organización que dependía del CNA, Mandela empezó a recorrer el país, siendo capturado y posteriormente condenado a prisión.

¿Cómo es que Mandela logró convertirse, desde la cárcel, en una figura clave de la lucha antiapartheid? Para entender esto hay que tener en cuenta que el CNA (cuya cúpula había sido detenida junto a Mandela) tuvo mucha capacidad y éxito para la reorganización desde el exterior. En vez de pedir por la libertad de todos los detenidos, decidieron centrarse en una figura, la de Nelson Mandela, para afirmar que él era el gran líder que debía ser liberado.

Por otra parte, el gobierno del apartheid, al decidir que se debía comenzar a entablar negociaciones con los detenidos políticos, eligió también a Mandela como interlocutor. De un lado y del otro, el personaje estuvo muy bien elegido, ya que fue eficaz, y con su carisma y con una capacidad de liderazgo muy fuerte pudo llevar adelante las negociaciones. Hay que destacar también que el escenario no era el mejor; estaba muy latente la posibilidad de una guerra civil que hubiese dejado enormes saldos trágicos.

En cuanto a su papel como presidente, Mandela hizo una gran tarea en el sentido de borrar el miedo, de mostrar que era posible llegar a una situación de acuerdo y solucionar los problemas más tremendos en la mesa de negociaciones. La importancia de su labor radica en que les devolvió a los sudafricanos el orgullo de que era posible vivir todos juntos, derribando el miedo, fronteras y situaciones tan difíciles que se habían planteado.

La relación con otros líderes del continente africano y del mundo fue muy estrecha; obviamente era una persona muy destacada y admirada. Claramente fue un gran articulador para incorporar a Sudáfrica al contexto regional, continental y del mundo. A diferencia del gobierno del apartheid, en el que Sudáfrica estaba excluida, Mandela demostró que el país sudafricano era también parte del mundo.

El aporte de este líder fue recuperar el convencimiento de que los africanos pueden, y ayudarlos a salir de esa situación de victimización y de inferioridad donde muchas veces se los ha colocado. Allí radica un poco la fuerza del apartheid y del proceso de colonización: colonizar la mente del colonizado y convencerlos de que existe una jerarquía racial.

Mandela fue una de las figuras más importantes del siglo XX, y su obra cobra vital importancia si se tienen en cuenta todos los conflictos generados en el pasado siglo a partir de la situación de creer que existía una jerarquía social. Es allí donde crece su figura, en posición de poder discutir estos temas y poder cambiar la historia.

Marisa Pineau es licenciada en Historia por la Universidad de Buenos Aires, donde se desempeña como investigadora y docente. Es coordinadora de la sección Interdisciplinaria de Estudios de Asia y África, de la UBA, y titular de cátedra de “Historia de África y Asia Contemporánea”. Además, es titular de la cátedra de la misma materia en la Maestría en Historia Contemporánea, dictada en la Universidad Nacional de General Sarmiento.