El lenguaje como medicina para sí mismo

“A María le gusta Juan”, “María odia a Juan” o, simplemente, “Juan corre” son frases que todos podemos entender sin ninguna dificultad. Sin embargo, las personas que sufrieron un ACV suelen tener problemas de comprensión del lenguaje. Científicos del IByME, en colaboración con investigadores del CNRS (Francia), y la Universidad Pompeu Fabra (España) están desarrollando un método de diagnóstico para ayudar en su rehabilitación.

Gaspar Grieco (Agencia CTyS) - Cuando una persona sufre un accidente cerebrovascular (ACV) es normal que se produzcan lesiones cerebrales. En ocasiones, estas “heridas” pueden dejar secuelas que se manifiestan de distinta forma. Una de las huellas más comunes es la afasia. Se produce cuando la lesión  compromete el lóbulo frontal o temporal del hemisferio izquierdo del cerebro. En estas circuntancias, las personas pueden mostrar mayor dificultad en la producción y comprensión del lenguaje, impidiendo que puedan expresarse en forma adecuada.

Para intentar rehabilitar a quienes sufren esta dificultad, los científicos del Laboratorio de Biología del Comportamiento del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IByME-CONICET) están realizando un test de diagnóstico de comprensión  y producción del lenguaje basado en palabras, dibujos y videos.

En diálogo con la Agencia CTyS, la especialista en Lingüística Clínica, Carolina Gattei, explica los pormenores del proyecto: “Estamos haciendo un test de denominación y comprensión de verbos, que es uno de los aspectos en donde los pacientes presentan más dificultades. Tratamos de incluir distintos tipos de verbos según su nivel de complejidad, en español rioplatense”.

A diferencia de los test que hoy se utilizan en distintos centros de salud, el nuevo sistema de diagnóstico intenta ser más específico y completo. “Generalmente, los test de los hospitales, con los que trabajan los terapeutas del lenguaje, son demasiado amplios y abarcan distintos aspectos lingüísticos. Nosotros buscamos encontrar cuáles son los inconvenientes que tienen los pacientes a la hora de comprender distintos tipos de verbos”, puntualiza Gattei.

Durante la primera etapa del proyecto, el equipo de investigación está invitando a voluntarios argentinos mayores de 60 años, que no presenten dificultades en el lenguaje, para que realicen el test de diagnóstico. El objetivo es observar cuál es el comportamiento normal para luego compararlos con el rendimiento de los pacientes con afasia.

Dibujos, videos y sonidos

El test para rehabilitar a los pacientes con afasia consta de dos tareas específicas: la primera de denominación, donde se muestra un dibujo a los pacientes y estos deben decir la acción que lo representa; y la segunda, de comprensión, donde se muestran dos dibujos diferentes mientras escuchan un verbo o una frase, y deben elegir cuál es la imagen que corresponde a lo que escucharon.

Según la investigadora, una de las mayores dificultades que presentan estos pacientes es “la capacidad de producir o de comprender oraciones complejas que requieren más de un argumento, ya que lo que se ve afectado en este tipo de pacientes es la capacidad de asignar quién hace qué a quién”. Por ejemplo, tienen problemas al comprender oraciones con  verbos como buscar, que implica tener un participante que busca y una persona que es buscada, ya que no pueden asignar a los participantes la función sintáctica (Sujeto u Objeto) correspondiente.

“Nosotros trabajamos con verbos con un argumento (correr, crecer) con dos argumentos (abrazar, besar) y otros tipo de verbos que son los psicológicos. Estos son muy complejos porque no se produce una acción concreta, sino que hay  una persona que siente y, generalmente, un participante  que funciona como el destinatario de ese sentimiento”, remarca la especialista.

Gattei remarca que en algunos verbos, la persona que siente es el Sujeto oracional (como en odiar), y otras veces es el Objeto (como en  gustar). “Esto los hace atractivos para entender qué aspectos sintácticos y semánticos se ven afectados en estos pacientes”, concluye.

En casos complejos, como sucede con los verbos psicológicos, los investigadores optaron por apoyarse en videos. Así, en frases como María odia a Juan se muestra una representación de una chica tratando de ahorcar a un chico, en donde se observan las expresiones de los participantes, y el paciente debe interpretar qué es lo que sucede.

Por el momento, los investigadores están avanzando en la primera etapa del proyecto, con vistas a desarrollar un test de diagnóstico que llegue a todos los hospitales y centros de fonoaudiología.

Todas las personas mayores de 60 años, que no hayan tenido ACV o problemas neurológicos, pueden formar parte de la primera fase del estudio. Quienes quieran participar pueden contactarse con la investigadora responsable a la siguiente dirección de correo electrónico: carolina.gattei@conicet.gov.ar