Analizan la calidad del agua para consumo en el Matanza-Riachuelo

Relevaron hogares en los que se había reportado enfermedades de origen hídrico, como diarreas. El 80% de las muestras extraídas de perforaciones individuales y el 45% del agua envasada resultaron ser no potables.

Nadia Luna (Agencia CTyS) - Investigadores de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y del CONICET analizaron la calidad del agua que la población del área de la cuenca Matanza-Riachuelo utiliza para consumo. El objetivo era ver en qué medida la falta de acceso al agua de red incrementa el riesgo de contraer enfermedades de origen hídrico, como diarrea o dermatitis. Para esto, tomaron 117 muestras en 90 hogares en los que alguno de sus integrantes había padecido una afección de ese tipo.

Así, los científicos comprobaron que el 80% de las muestras de agua extraída de pozos individuales, el 45% del agua envasada y el 9% de las provenientes de la red pública resultaron ser no potables por exceso de bacterias coliformes y de nitratos, ambos indicadores de contaminación en agua y alimentos.

“La falta de redes de agua y de cloacas es lo que más influye en la presencia de enfermedades hidrotransmisibles. Después, hay factores que pueden potenciar el problema, como las zonas inundables y la cercanía a basurales”, explicó a la Agencia CTyS el ingeniero hidráulico Marcos Cipponeri, investigador de la Facultad de Ingeniería de la UNLP.

Según el estudio, las personas que viven en hogares en los que el agua de pozo individual es la fuente principal para consumo tienen una probabilidad 55% superior de padecer alguna enfermedad de origen hídrico que quienes cuentan con agua envasada o de red. De todos modos, los científicos no esperaban porcentajes tan altos en lo que respecta al agua envasada.

“Nos sorprendió mucho ese resultado. Inicialmente, pensamos que sería un atenuante a la falta de agua de red, pero casi la mitad no era potable”, indicó la doctora en economía Malena Monteverde, del Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS), perteneciente al CONICET y la Universidad Nacional de Córdoba.

Acuíferos contaminados

Hasta principios de la década del 90, la fuente histórica para la provisión de agua potable en el Gran Buenos Aires fue el acuífero Puelche. Luego, la calidad de su agua se fue deteriorando, por lo que comenzó un proceso de sustitución por aguas provenientes del Río de la Plata con tratamiento centralizado. Sin embargo, la población que aún obtiene agua de perforaciones directas al acuífero es aún muy elevada.

“Los pozos negros contaminan el acuífero Pampeano por contacto directo, y éste, a su vez, contamina al Puelche, a través de distintas vías de comunicación”, precisó el ingeniero. Además, remarcó que hacer una perforación individual, aparte de ser muy costoso, produce daños ambientales más significativos que las perforaciones colectivas y dejan más vulnerable al acuífero.

Finalmente, Cipponeri reflexionó: “como es más barato potabilizar el agua que depurar efluentes cloacales, el Estado suele priorizar la red de agua. Esto tiene un efecto beneficioso para la salud, pero otros perjudiciales para el ambiente. Creo que es necesario un plan para avanzar con las redes de cloaca y con las plantas depuradoras de efluentes cloacales. De esa forma, quizás a mediano o largo plazo, podamos recuperar un poco el acuífero Puelche”. Su compañera agregó: “me parece que es bueno que la gente conozca estos resultados y que empiece a haber presión social para que se tomen medidas al respeto”.