Franchi: “La función de Ciencia y Tecnología debe ser una política de Estado que tenga cada vez más continuidad y apoyo”

La presidenta del CONICET, en el marco de los 65 años del organismo, resalta los logros y objetivos cumplidos en materia de igualdad de género durante su gestión, subraya el vínculo con los actores no científicos y detalla cómo se hizo hincapié en la federalización tanto de los ingresos como las inversiones científico-tecnológicas.

Foto: Verónica Tello / CONICET Fotografía

Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS-UNLaM)- Doctora en Ciencias Químicas por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, dueña de una prestigiosa carrera científica y gran referente en su campo de estudio, Ana Franchi se convirtió, en diciembre de 2019, en la segunda mujer en presidir el CONICET, en toda su historia, luego de la gestión de Marta Rovira entre 2009 y 2012.

La gestión de Franchi estuvo marcada por los múltiples logros y soluciones que ofreció el CONICET ante la pandemia, desatada apenas 3 meses después de iniciado su mandato. “Una de las políticas más apreciadas del Gobierno Nacional, según las encuestas, es la de ciencia y tecnología, lo cual habla de toda la tarea y la gestión que se viene realizando desde distintos sectores. Sin duda alguna, la función CyT tiene que ser una política de Estado que tenga cada vez más continuidad y apoyo”, resalta Franchi, presidenta de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (RAGCyT) e integrante del grupo Ciencia y Técnica Argentina (CyTA)

En diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM, y en el marco de los 65 años que cumplió recientemente la institución, la máxima autoridad del CONICET analiza la política de federalización de la ciencia en el país, destaca el rol de las Empresas de Base Tecnológica y pondera los ingresos a carrera en el organismo bajo su mandato.

En materia de género, ¿qué aspectos o avances de su gestión destaca y qué tipo de diálogo hay con la comunidad científica, sobre estas cuestiones?

En Argentina en general, y en el CONICET en particular, hubo muchos avances, en este sentido. En materia de cantidad de personal, por ejemplo, actualmente el 53 por ciento del CONICET son investigadoras y el 60 por ciento son becarias. Ahora, si miramos a qué lugar, dentro de la carrera de investigación, llegan las mujeres, vemos que son mayoría en las categorías de la mitad para abajo. En la categoría de Investigadora Superior, por ejemplo, solo hay un 23 por ciento. Para que esto disminuya, se determinó, por ejemplo, que no se pueden financiar o auspiciar eventos científicos donde tanto en el comité científico como en el conjunto de disertantes no haya equidad de género. Internacionalmente, incluso, las mujeres son menos invitadas para dar conferencias o participar en simposios. Es decir, no muestran su trabajo, y no hacerlo es algo que retrasa sus carreras.

¿En qué otros aspectos han trabajado?

El otro tema importantísimo son todos los temas relacionados a los cuidados. Se sabe la cantidad de horas que una mujer dedica a las tareas de cuidado, por eso estamos trabajando, por ejemplo, en jardines de infancias. Inauguramos uno en Puerto Madryn, en la provincia de Chubut, y estamos por financiar otros, en distintos puntos del país. A su vez, desde hace dos años, empezamos a pagar plus por jardín de infancias tanto a becarias o becarios. Y, en los aspectos vinculados a la violencia laboral y de género, tenemos un Observatorio, que cuenta, a su vez, con oficinas en distintas provincias del país. También hemos dispuesto, desde el directorio del CONICET, que una persona que tiene dos denuncias de acoso laboral no pueda presentarse para ser director de un becario o un investigador. Tampoco podrá presentarse como candidato a director de unidad ejecutora, o para ser jurado. Consideramos que, si bien es necesario sancionar cuando ocurren situaciones de violencia laboral o de género, es importante también intentar prevenirlas. Por eso es que también consideramos importante que todo el personal haga los cursos de la Ley Micaela.

Ana Franchi junto a otras autoridades de Ciencia en la inauguración del Jardín de Infancias “Veyi Bianco”, que funcionara dentro del predio del CENPAT, en Puerto Madryn. Fuente imagen: CONICET Fotografía.

En relación a las inversiones, en su discurso en la apertura de Sesiones, el Presidente habló de cómo se empezó a federalizar el presupuesto en Ciencia. ¿En qué aspectos considera que se mejoró y cómo cree que se puede profundizar aún más ese enfoque?

Tanto en CONICET como en la función de CyT de todo el país, el desarrollo más importante suele estar en las zonas centrales: Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Rosario, Bariloche. La idea nuestra, en este aspecto, es que, en los concursos de ingreso en las carreras de investigador, haya ingresos específicos por provincia que tenían poca cantidad de investigadores. Así, asignamos ingresos para Entre Ríos, La Pampa, San Juan, Chaco y Catamarca. En esta nueva etapa, vamos con Misiones, Corrientes, Santiago del estero, Salta y Jujuy. Además, gracias a la promulgación de la Ley de Financiamiento en Ciencia y Tecnología, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación creó dos programas, “Equipar ciencia” y “Construir Ciencia”. Ambos tienen un fuerte acento federal. Tuvimos que poner al día equipamientos prometidos desde 2016 que no se habían cumplido.

¿En qué estado se encuentra el trabajo de articulación con actores no científicos, desde el CONICET, y qué desafíos y objetivos tienen, de cara a lo que se viene? Pensando también en el sector privado y la necesidad de que el mismo también invierta en la función CyT

Nosotros llegamos a esta gestión y, a los 3 meses, se declaró la pandemia. CONICET puso, desde ese momento, todos sus servicios a disposición para enfrentar la situación.  En ese aspecto, se profundizó la colaboración público-privada. Allí estuvieron los kits de diagnóstico, los barbijos, distintos tipos de equipamientos… Nuestra Gerencia de Vinculación Tecnológica tiene una política muy sólida. Hace muy poquito, por ejemplo, firmamos con la empresa Danone, para una línea de yogures que tienen probióticos desarrollados por un grupo de investigadores del CONICET. También se firmó un convenio con la farmacéutica Glaxo, para el desarrollo de anticuerpos para terapias oncológicas. Los ejemplos son varios, y diversos en su naturaleza.

También hay un desarrollo fuerte con las Empresas de Base Tecnológica…

Sí, tenemos varias, también. La más grande es Y-Tec, que cuenta con muchos investigadores y personal técnico del CONICET. Es una empresa que no solo trabaja en hidrocarburos, sino, también en nuevas energías, ha construido una planta para producir baterías de litio que en marzo ya comienza a producirlas, se trabaja fuertemente en hidrogeno verde, y litio, entre otras cuestiones. Por otro lado, hemos creado, hace muy poquito, Cannabis CONICET, que busca coordinar las capacidades ya existentes de la industria, brinda capacitaciones y asesoramiento y, además, va a contar con semillas propias y con el registro de nuevos cultivares.

¿Y respecto a las universidades nacionales? Como un factor clave a la hora de hablar de federalismo, que mencionábamos antes…

Las universidades nacionales son nuestros socios estratégicos naturales. La mayoría de unidades ejecutoras del organismo, por ejemplo, son con universidades nacionales. En el directorio tenemos representante del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), y, como comentaba antes, 160 ingresos anuales se dan a universidades nacionales que tienen baja cantidad de investigadores.

Ana Franchi junto al ministro de Ciencia, Daniel Filmus; la investigadora del CONICET, Silvia Kochen, y autoridades de la Universidad Nacional de Arturo Jauretche en la inauguración de la empresa Cannabis CONICET.

¿Cómo evalúa la cantidad de investigadores con que cuenta actualmente el CONICET y becarios? ¿Qué expectativas tienen de cara al futuro?

Hoy contamos con casi 12 mil investigadores e investigadoras, y 12 mil becarios y becarias. Desde que asumimos esta gestión, ingresaron 800 investigadores por año, lo que implica 2400 nuevos ingresos. Y estamos llamando un concurso para 850 ingresos más. Buscamos, además, que ingresen en temas estratégicos: todo lo relacionado con ciencias del mar, ciencias forestales, ingeniería de alimentos. Y cuidando, a su vez, que la distribución sea cada vez más federal.

¿Cómo se encuentra actualmente el vínculo con los becarios, y con los reclamos que vienen sosteniendo desde hace algún tiempo?

Salarialmente, hubo una fuerte jerarquización de las becas, donde se fortalecieron sus estipendios. Además, las becas posdoctorales de 24 meses, con las que no alcanzaban a terminar cosas pendientes de sus investigaciones, actualmente son de 36 meses. Continuamente estamos trabajando para favorecer la situación de los becarios y las becarias.

¿Qué aspectos considera esenciales de cara al futuro, en materia de ciencia y tecnología, además de las cuestiones de género, presupuesto y federalización, que puntualizó anteriormente?

Es clave incentivar vocaciones científicas, porque son escasas. Para eso es clave la divulgación y la comunicación de la ciencia, para contar por qué se necesita la ciencia y la tecnología y por qué un país no puede ser soberano sin desarrollo. Desde el CONICET, y desde otros organismos científico-tecnológicos, buscamos inspirar a jóvenes a seguir carreras científicas, continuamente.