Una herramienta de bajo impacto ambiental para combatir al taladrillo

El pequeño insecto perfora el tronco de los imponentes árboles desde adentro, debilitando su resistencia y perjudicando la posibilidad de comercialización de la madera. Por eso, científicos del CONICET desarrollaron un método más efectivo y menos tóxico que los agroquímicos tradicionales para combatirlo.

Nadia Luna (Agencia CTyS) – En esta historia, a David lo representa un insecto diminuto y Goliat se encarna en un robusto árbol. Pero, ¿qué arma usará el pequeño personaje para destruir a su frondoso rival? Lo ataca desde el corazón de su tronco mientras construye su casa, dejándolo frágil ante las inclemencias del tiempo. Simplemente vive y no deja vivir.

Científicos del Centro de Investigaciones de Plagas e Insecticidas (CIPEIN-CONICET-CITEDEF) desarrollaron un método basado en la liberación de feromonas para control del taladrillo de los forestales, una plaga que afecta a los árboles y perjudica la posibilidad de comercialización de la madera. Esta herramienta es más efectiva y menos tóxica que los insecticidas tradicionales y es la primera vez que se desarrolla en el país.

La innovación se basa en la liberación de feromonas, que son sustancias químicas que emiten los seres vivos como medio de comunicación, especialmente en cuestiones sexuales. Las feromonas sintéticas desarrolladas por el CIPEIN se liberan a través de pequeñas esferas que se colocan en los árboles durante la temporada de vuelo del taladrillo, único momento en que el insecto se expone.

“Cuando la hembra sale a buscar al macho para la cópula, percibe la concentración de feromonas sintéticas en el aire y las confunde con las que emite el macho, impidiendo que lo localice. Si la hembra está más de un día o dos volando, se deshidrata y muere. Por otro lado, el macho también se muere luego de unos días si la hembra no llega. De esta manera, se produce la disminución de su población”, explica a la Agencia CTyS la doctora en Ciencias Químicas Paola González Audino, quien dirige la investigación junto al doctor Eduardo Zerba, director del CIPEIN.

El método ganó el primer premio en la categoría Innovaciones en el agro del concurso nacional organizado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, INNOVAR 2011. A diferencia de los agroquímicos tóxicos, esta herramienta afecta solamente al taladrillo, ya que las feromonas son específicas de cada especie.

Las zonas más afectadas por la plaga son aquellas donde se cultiva el álamo y el sauce, que comprenden la Patagonia y la región pampeana, especialmente las zonas de Bragado, Junín y el Delta.

Debilitando a un gigante

Cual familia tradicional de otras décadas, el encargado de salir a buscar un árbol para colonizar, es decir, una casa para su futura familia, es el macho. Elige un huésped y empieza a cavar su galería. Luego de las primeras perforaciones, se coloca en la entrada y emite sus feromonas para conquistar a la hembra. Cuando ésta llega, se produce la cópula y ambos terminan de construir la galería donde depositarán los huevos. Después de unos meses, nacen los nuevos insectos… y el ciclo vuelve a comenzar.

“La galería es una cavidad de unos cuatro milímetros en forma de espiral, perpendicular al fuste del árbol. Este hueco le da una debilidad estructural al tronco, lo que lo vuelve susceptible de partirse ante una tormenta o un viento fuerte”, describe la investigadora.

Pero el taladrillo no está solo: trasporta consigo un hongo simbionte que introduce dentro de la galería para usarlo como alimento. “Toda la galería queda teñida del color marrón del hongo. Entonces, aunque el árbol no se quiebre, la madera infectada no tiene la calidad suficiente para construir muebles”, señala González Audino. “La comunidad europea, por ejemplo, ni siquiera recibe cajones de frutas hechos con madera infectada, porque esto implicaría que la plaga se está introduciendo en el país”.

Una ayuda ecológica para Goliat

Los insecticidas tradicionales tienen un alto impacto ambiental porque su efecto tóxico llega a todas las especies que viven en la zona fumigada. Además, en el caso del taladrillo no son eficientes, porque el insecto permanece la mayor parte del tiempo dentro del tronco y no se puede fumigar con precisión.

En tanto, los dispositivos utilizados por el CIPEIN son pequeñas esferas fabricadas con material biodegradable para favorecer su disposición final. “Se colocan tres esferas por árbol, porque este insecto produce tres feromonas distintas y es la combinación de las tres la que atrae a la hembra”, precisa la científica.

Una guerra nativa

Esta es la primera vez que se desarrolla en el país un método liberador de feromonas porque se trata de una plaga nativa. Por lo tanto, para elaborar las feromonas sintéticas hubo que realizar toda una investigación previa debido a que nunca se había estudiado la comunicación química de este insecto en otro país.

“Probamos con éxito el método en los campos bonaerenses de Bragado y Junín, y también en el sur de Italia, ya que la plaga se introdujo en ese país hace unos diez años por un cargamento de madera proveniente de Argentina”, cuenta González Audino.

Los próximos pasos del equipo de investigación del CIPEIN se dirigen a mejorar los dispositivos con el objetivo de que duren más y sean completamente biodegradables. De esta manera, además de no contaminar, ni siquiera será necesario retirarlos después de su uso, sino que la idea es que se degraden en el ambiente.