El CENPAT se suma al Código de Barras de la Vida

El Centro Nacional Patagónico (CENPAT) se unirá próximamente al proyecto mundial iBOL, destinado a constituir un Código de Barras de la Vida de todas las especies del Planeta. Su aporte será realizar la secuenciación genética de seres marinos.

Hay especies de lo más variadas en el mar y otras que son muy semejantes entre sí, por lo que una secuenciación genética es el modo más efectivo para clasificar y armar un banco de datos.

Año tras año, el buque Puerto Deseado del CONICET permite que los investigadores argentinos encuentren nuevas especies durante las campañas antárticas y subantárticas. De aquí en adelante, todo este material podrá ser secuenciado genéticamente en el CENPAT.

La directora del CENPAT, Mirtha Lewis, anticipó a la Agencia CTyS que “está todo listo para comenzar a utilizar los equipamientos”. Y agregó: “Incluso, ya tenemos muestras acumuladas de campañas pasadas para empezar a procesarlas; a partir de allí, pasaremos a ser parte de la red mundial del proyecto iBOL”.

De esta manera, Argentina estableció su quinto y último nodo regional destinado al Código de Barras de la Vida. Los cuatro restantes son: el Museo Argentino de Ciencias Naturales; el Departamento de Ciencias Marinas de la Universidad Nacional de Mar del Plata; el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA), del Centro Científico Tecnológico de Comahue; y el Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE), del CCT de Misiones.

La doctora Lewis agregó que la contribución del CENPAT para la constitución del Código de Barras de la Vida será “procesar todas las muestras que obtengan los científicos argentinos del medioambiente marino, como así también la biodiversidad terrestre de la meseta patagónica”.

En total, el CONICET invirtió 1.500.000 pesos para que los cinco nodos se ajustaran a las normas de calidad establecidas en el convenio internacional del proyecto iBOL. Esto implicó que cada uno de los centros destinara una cifra cercana a los 100 mil pesos para la incorporación de equipamientos y 200 mil pesos a la readecuación de la infraestructura de los laboratorios.

“Acá haremos la preparación y amplificación de las muestras; posteriormente, enviamos una muestra a Canadá, donde está el banco mundial del Código de Barras de la Vida y se realiza una secuenciación posterior. De todas formas, en el CENPAT también tendremos nuestro propio banco de datos”, explicó la investigadora del CONICET.