Científicos argentinos develaron a qué velocidad caminaban los titanosaurios

Investigadores del CONICET determinaron a qué velocidad marchaban estos grandes dinosaurios herbívoros de cuello largo que se extinguieron hace 65 millones de años, a partir del estudio de más de 300 huellas que formarán parte de un nuevo parque destinado al turismo paleontológico.

Agencia CTyS (Emanuel Pujol) - El doctor Bernardo González Riga, a cargo de esta investigación, comentó a la Agencia CTyS que “la gran cantidad de huellas de titanosaurios encontradas durante las campañas permitió estimar con precisión a qué velocidad de desplazaban estos inmensos herbívoros, los cuales dominaron la fauna del sur de Mendoza entre los 86 a 65 millones de años antes del presente”.

En el Facundo, Faustino Sarmiento describe su asombro ante las cualidades de los rastreadores para “seguir las huellas de un animal, distinguirlas de entre mil; conocer si va despacio o ligero, suelto o tirado, cargado o de vacío”. Esta ciencia casera y popular, que era común entre los gauchos, sorprendía al padre de la educación, quien seguramente quedaría fascinado ante la posibilidad que provee la icnología para analizar, en este caso, pisadas de titanosaurios realizadas hace unos 70 millones de años y con ellas develar a qué velocidad se desplazaban estos dinosaurios cuadrúpedos e, incluso, describir algunos de sus hábitos de conducta.

Las aproximadamente 300 huellas que fueron examinadas pertenecían a individuos que medían entre 12 y 13 metros de longitud. El especialista González Riga señaló que “a paso normal, los saurópodos analizados marchaban entre 4,6 a 4,9 kilómetros por hora, que es una velocidad semejante a la que camina una persona”.

“Seguramente, podían alcanzar mayores velocidades si se asustaban, por ejemplo, pero es poco probable que pudieran correr”, agregó el especialista, Jefe del Departamento de Paleontología del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA-CRICyT-CONICET).

Se sabe poco sobre la locomoción de los dinosaurios, porque encontrar huellas que se hayan conservado durante millones de años es mucho más difícil que hacer excavaciones y descubrir restos fósiles. Por su parte, los investigadores del IANIGLA se centran tanto en la búsqueda de huesos como en la icnología, que es la ciencia que se dedica al análisis de las huellas.

A partir de dichos índices, estos rastreadores de dinosaurios pueden establecer aproximaciones y precisiones sobre la forma en que se desplazaban, es decir, qué tipo de paso tenían, como así también señalar la velocidad a la que se transportaban en kilómetros por hora.

Asimismo, en las huellas de Titanopodus encontradas al sur de Mendoza se observan algunos de sus hábitos, como lo es su condición de animales gregarios, que se movilizaban en manadas o grupos.

González Riga mencionó la metodología que aplicaron para determinar la velocidad del desplazamiento de estos titanosaurios: “Teniendo una serie de huellas, relacionamos el tamaño de la pisada con la altura de la cintura al suelo y la longitud de la zancada, que es la distancia que hay entre huella y huella realizada por la misma extremidad, siendo que los titanosaurios eran cuadrúpedos”.

Estas fórmulas experimentales se logran a partir del análisis de la locomoción de los animales actuales, especialmente cuadrúpedos, como los elefantes. Con estos datos, se puede determinar con cierta precisión la velocidad a la que se estaban desplazando estos dinosaurios hace millones de años.

Vale mencionar que a partir del estudio de las huellas nunca se puede determinar la especie exacta que las produjo. A pesar de esta limitación, González Riga aseguró que “se pueden hacer aproximaciones a nivel de familia o de grupos; y, en este caso, tenemos la ventaja de que contamos con huellas y con fósiles cercanos a sus productores, porque en Neuquén, a 250 kilómetros de donde tenemos las huellas, encontramos animales de la misma época y prácticamente del mismo tamaño”.

El Jefe del Departamento de Paleontología del IANIGLA ha encabezado el hallazgo de seis nuevas especies de titanosaurios en los últimos años, dos de ellas encontradas en Mendoza -el Mendozasaurus neguyelap y el Malargüesaurus florenciae- y cuatro en Neuquén -el Ligabuesaursus leanzai, el Rinconsaurus caudamirus, el Muyelensaurus pecheni y el Futalognkosaurus dukei-. “Permanentemente, hacemos expediciones, excavaciones y colectamos más materiales, que corresponden a otras y nuevas especies, en ambas provincias. Sin embargo, nuestro objetivo no consiste únicamente en descubrir nuevas especies, sino en contestar preguntas científicas vinculadas el modo de vida de estos animales”, aseguró.

Se sabe muy poco sobre la locomoción de los dinosaurios en general y, como los titanosaurios eran muy grandes, puesto que algunos de ellos llegaban a pesar 80 toneladas, es todo un desafío poder explicar las estructuras anatómicas y fisiológicas que le permitían a esos animales moverse y sobrevivir. En este sentido, fue de gran importancia que el grupo de paleontología del IANIGLA hallara centenas de huellas en Mendoza, como así también falanges y garras en diversas campañas.

Un parque Cretácico en el sur de Mendoza
El doctor González Riga mencionó que no es apropiado dar la ubicación precisa de estas aproximadamente 300 huellas de titanosaurios, preservadas en rocas de la Formación Loncoche, al norte de Malargüe, hasta que se finalice de construir el Parque Cretácico Huellas de Dinosaurios, en un sitio de 14km2 que podrá ser visitado por quienes realizan turismo paleontológico.

Este sector tendrá guardaparques, un centro de interpretación y senderos, a partir de un convenio firmado por la provincia de Mendoza, la municipalidad de Malagüe y el CONICET, en tanto que las tareas de asesoramiento para la preservación de las huellas está a cargo del equipo del IANIGLA.