Buscan crear un insecticida eficaz contra el segundo vector del Chagas

El insecto de la especie Rhodnius prolixus es el segundo transmisor del Chagas en el mundo después de la vinchuca. Los científicos de la UNLP se proponen generar un insecticida que los extermine utilizando su material genético.

Gaspar Grieco (Agencia CTyS) - En una guerra donde se disputa un territorio, el invasor ataca por todos los frentes posibles para exterminar a su enemigo. El  parásito Trypanosoma Cruzi, causante de la enfermedad de Chagas, parece haberle declarado la guerra al ser humano, ya que lejos de limitarse a utilizar a la vinchuca como vector, viaja a través de diversos insectos según la región en la que se encuentre. Es tarea de los humanos frenar su avance con una férrea defensa. 

Uno de los vectores del T.Cruzi, que ataca en Centroamérica y afecta principalmente a Venezuela y Colombia, es el Rhodnius prolixus. Este insecto es el segundo transmisor más importante de Chagas después de la vinchuca (cuyo nombre científico es Triatoma infestans) y se lo reconoce vulgarmente con el mote de “chipo”.

Científicos del Centro Regional de Estudios Genómicos (CREG-CONICET) de la Universidad Nacional de La Plata realizan estudios moleculares y fisiológicos en el vector centroamericano para generar un insecticida específico que extermine la plaga.

Los investigadores se proponen combatir al insecto utilizando su propio material genético: pretenden caracterizar su sistema endócrino de regulación hormonal. La regulación hormonal está mediada por neuropéptidos, unas pequeñas moléculas que tienen una función regulatoria de innumerables procesos. 

En diálogo con la Agencia CTyS, la doctora en Neurociencias e investigadora a cargo del proyecto, Sheila Ons, explica que “si uno entiende la función de un neuropéptido y lo puede manipular, es probable que se le pueda administrar a los insectos como antagonista. Así, éste puede interferir con su fisiología normal y matarlo como un insecticida”.

De lograr este insecticida, los científicos contarían con una inigualable arma secreta. “Es muy poco probable que genere resistencia y sería altamente específico”, subraya Ons.

Los estudios fisiológicos desarrollados en la especie Rhodnius prolixus  son posibles porque se conoce toda la información de su genoma. Por este motivo, los investigadores del CREG realizan las pruebas en el laboratorio donde cuentan con la última tecnología.