Niños estresados, ¿adultos vulnerables?
Un equipo de científicos del CONICET y la UBA busca identificar el vínculo entre las vivencias negativas de la infancia y cierta predisposición a sufrir trastornos mentales.
Un equipo de científicos del CONICET y la UBA busca identificar el vínculo entre las vivencias negativas de la infancia y cierta predisposición a sufrir trastornos mentales.
Un equipo de investigación de la Universidad Nacional de Córdoba y del CONICET evaluó los impactos del aislamiento social por la pandemia sobre la salud mental. En los estudios se observaron patrones de empeoramiento en depresión, ansiedad y suicidio y, también, se analizaron indicadores de impulsividad, estrés y consumo de alcohol.
Investigadores de la UBA y el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) buscaron estimar la prevalencia de síntomas depresivos y trastornos afectivos durante el embarazo, así como también explorar potenciales factores de riesgo. Un 44 por ciento de las encuestadas estaba atravesando algún síntoma depresivo.
Investigadores de la UNSAM estudian cómo el estrés percibido por las madres puede dejar huellas en el ADN de sus hijos, habilitando la aparición de enfermedades mentales, desde problemas de aprendizaje hasta patologías graves.
Según la OMS, la depresión es la principal causa mundial de discapacidad. Federico Daray, médico psiquiatra e investigador adjunto del CONICET, analiza un trastorno que afecta a 350 millones de personas en todo el mundo a pesar de que existen herramientas eficaces para su detección y tratamiento.
Las experiencias estresantes de las madres durante el período de gestación pueden causar, con el paso del tiempo, enfermedades neuropsiquiátricas en los hijos. Científicos de la Universidad Nacional de San Martín estudiaron en animales cómo se ven afectados los genes y, ahora, indagarán a pacientes psiquiátricos para desarrollar tratamientos más efectivos.