Confirmaron el primer caso de virus zika en el país

El agente infeccioso que tiene en alerta a Latinoamérica se transmite a partir del Aedes aegypti, vector del dengue y la chikungunya. Aconsejan no dejar al descubierto fuentes de agua como botellas o tarros para reducir en un 50 por ciento la presencia del mosquito.

Sebastián Alonso (Agencia CTyS-UNLaM) - El pasado 27 de enero, autoridades del Ministerio de Salud de la Nación confirmaron que una mujer de 23 años vino al país infectada con el virus zika, siendo el primer caso de esta enfermedad en el territorio argentino. Hasta el momento, el organismo publicó que, en las primeras tres semanas del 2016, se registraron 722 casos de dengue y 41 de chikungunya, agentes infecciosos que también se trasmiten por la picadura del mosquito Aedes aegypti.

La consternación por este insecto comenzó en el año 2014 por el incremento de los casos de microcefalia en Brasil. Desde entonces, un nuevo agente infeccioso mantuvo en vilo a la región: el zika. Argentina, Colombia y Estados Unidos se manifestaron oficialmente sobre la gravedad de la situación aunque aún se investiga la relación entre el virus y la enfermedad que provoca una malformación cerebral que condiciona el desarrollo normal de los bebés.

“Se comprobó que uno de los niños que murió al nacer tenía el virus y, a su vez, se lo registró en el líquido amniótico de la madre, pero aún no encuentran una vinculación directa para afirmar que el zika sea el responsable de las anomalías”, explica, en diálogo con Agencia CTyS, Juan José García, investigador del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores de la Universidad Nacional de La Plata.

Lo que sí se sabe es que el vector, el insecto que transporta y, con su picadura, deposita al agente infeccioso en las personas, es el Aedes aegypti. La expansión del mosquito, conocido por también transmitir el dengue, se vio favorecida por las lluvias, las altas temperaturas y la permanente migración de personas. Según el especialista del CONICET, en Paraguay y Brasil “hay una enorme cantidad de infectados” y los constantes intercambios de gente entre diferentes países empeora la situación.

En Argentina, el mosquito se encuentra activo entre octubre y mayo mientras que el resto del año permanece en forma de huevo, lo que favorece su movilización al quedar pegado a distintos recipientes que son transportados por la población de un lugar a otro; así se fomenta la distribución del insecto por todo el país. Aunque ya se registró el primer caso de zika, el cambio de hábitos sanitarios de la población puede frenar el avance de esta epidemia regional.

García resalta la importancia de utilizar repelentes durante el día y destaca la necesidad del compromiso ciudadano. Desde la Organización Mundial de la Salud se mencionó que, si la comunidad colabora en eliminar las fuentes de agua, es decir, las palanganas, baldes, tarros, se lograría controlar la expansión del Aedes aegypti en un 50 por ciento. “Una botella descubierta que acumule agua es suficiente para que el insecto deposite huevos y en una semana estén volando”, destaca el investigador.

El Ministerio de Salud de Brasil asoció al virus del zika, anteriormente solo presente en África y Asia, a las complicaciones en más de tres mil bebés que nacieron con microcefalia. Fiebre, conjuntivitis y dolor muscular son indicios de haber contraído la infección aunque, muchas veces, y esto mantiene en vilo a gran parte de la población brasileña, no se presentan síntomas.

Si bien el virus parece un vector novedoso para las zonas afectadas, su aparición en el continente data de los primeros desembarcos de esclavos africanos. Entre los años 1930 y 1960, los Estados afectados por el virus dispusieron una gran cantidad de recursos para fumigar regiones enteras y erradicar, en parte, la población de Aedes aegypti.

Investigadores del Grupo de Estudios de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (FCEN - UBA) consideran que la reaparición del virus zika se provocó por la falta de controles sanitarios y la creciente resistencia del mosquito a los insecticidas. Como no se trata de un insecto que recorra grandes distancias, la recolonización de esta especie se dio de forma pasiva en recipientes expuestos a la intemperie. 

Para erradicar este vector infeccioso, las medidas preventivas deben sostenerse a lo largo del tiempo. El Aedes aegypti pone en promedio unos 60 huevos que distribuye en distintos espacios y que permanecen con vida varios meses. Siempre eligen sustratos sólidos en donde depositarlos, preferentemente en aquellos con mayor materia orgánica disponible. Las grandes extensiones de agua, como lagos, lagunas y ríos, no son espacios para el desarrollo de este insecto en particular, como sí lo son los pequeños residuos en las zonas urbanas.