“Ya no estamos condenados a vivir bajo el control de los grandes medios”

El sociólogo brasileño describe el escenario mediático en América Latina, a partir de la aplicación de la ley de Comunicación Audiovisual en Argentina. Analiza también la brecha digital y el rol del Estado en la promoción de medios alternativos.

En sus últimas obras, “Mutaciones de lo visible” y “Sociedad Mediatizada”, De Moraes  vincula los proyectos públicos de inclusión tecnológica con las políticas para regular los “monopolios económicos” en el ámbito mediático. A continuación, el diálogo que mantuvo con la Agencia CTyS, tras su visita a  la Universidad Nacional de La Matanza, organizada por la cátedra Teorías de la Comunicación II de la Licenciatura en Comunicación Social.

Con respecto a su reciente investigación ¿qué ocurrió con la brecha digital en América Latina?

Creo que en los últimos años esta brecha ha sido reducida y eso se debe a las inversiones cada vez más acentuadas de determinados gobiernos que tienen la conciencia de que el acceso y el usufructo de la tecnología son fundamentales para el fortalecimiento de la ciudadanía. Las tecnologías no tienen el poder de deshacer las desigualdades, porque las brechas pueden persistir con la expansión impresionante de las tecnologías, entonces son necesarias políticas públicas para permitir la inclusión de las masas en los beneficios y posibilidades tecnológicas.

Pero, ¿Qué sucede con los gobiernos actuales en la región?

Los gobiernos progresistas son promotores de programas públicos, que incluyen inversiones en centros tecnológicos y en licencias para la producción de contenidos audiovisuales públicos. Por ejemplo, hay una mejor distribución de computadoras, como en Argentina con el programa “Conectar Igualdad”, que seguirá brindando tecnología a la población hasta el año 2014, algo elemental para la distribución equitativa de la tecnología en escuelas y en universidades públicas.

Entonces ante la concentración económica, el Estado debe tener un rol importante…

La participación protagónica del poder público en las cuestiones infocomunicacionales es una demanda insuperable e indispensable, porque el neoliberalismo intentó convencer a las sociedades latinoamericanas de que el mercado sería capaz de distribuir conocimientos de manera ecuánime, pero esto fue una mentira, ya que el mercado es elitista y está estratificado, lo que margina a los sectores populares de una manera dramática. Entonces,  en una región de desequilibrios el Estado necesita intervenir para garantizar la soberanía nacional, lo que en la actualidad tiene mucho que ver con el acceso a la tecnología.

¿Cómo operan los grupos mediáticos hegemónicos?

Los grandes grupos hegemónicos son los enemigos en plural y son muy fáciles de identificar. Los medios de comunicación asumen un papel histórico de control de los valores sociales, utilizando para eso mecanismos y herramientas que excluyen las diferentes cosmovisiones y consagran un discurso con intereses particulares. La libertad de expresión está amenazada por los monopolios autoritarios que silencian a las voces disidentes, que deberían manifestarse libremente en la escena social. Los monopolios mantienen una búsqueda incesante de privilegios mercantiles sobre los intereses colectivos, en pos de la libertad de empresa.

Ante esta realidad mercantil que usted menciona ¿Cómo pueden aprovechar las nuevas herramientas los medios alternativos?

Creo que la participación de los medios alternativos es fundamental para la descentralización, la desconcentración y por lo tanto, la democratización. Pero, claro existe una dificultad de recursos financieros, logísticos y técnicos en los medios alternativos que no tienen poderío y privilegios. Entonces, es fundamental nuevamente el Estado como promotor de proyectos comunitarios de comunicación, para permitir la emergencia constante de nuevas voces que, a su vez, sean independientes del discurso gubernamental de turno.

En su obra “Mutaciones de lo visible”, usted menciona una “batalla por los flujos informativos” ¿Cree que las empresas mediáticas tradicionales se ven amenazadas por la posibilidad de producción y circulación de contenidos alternativos?

Desde mi perspectiva, no se ven amenazados porque son muy poderosos y tienen capacidad financiera, estratégica y logística, lo que les da una solidez que no puede ser perturbada. Los medios hegemónicos ven que la intervención del Estado afecta sus dominios, porque se empiezan a delinear redes alternativas de comunicación y proyectos comunitarios, que no están subordinados a los intereses económicos.

Entonces, ¿Qué situación viven las empresas mediáticas?

Observan que las cosas están cambiando, que hay otras voces comunicacionales no previstas que se manifiestan en la escena pública, a través de las redes sociales, los blogs y las nuevas agencias de noticias alternativas, que están apareciendo en toda América Latina. En este sentido, Internet es un motivo de preocupación para las empresas que dominan el discurso hegemónico.

En conclusión, el discurso hegemónico ¿va a dejar de marcar la agenda de temas importantes para una sociedad?

Si, ya no estamos condenados a vivir eternamente bajo el control sistemático y violento, simbólicamente hablando, de los grandes medios. Así, los colectivos de personas se sienten convocados a participar de la escena pública a través de la tecnología que manejan cotidianamente. La manera de organización del activismo se está dando por fuera de los márgenes establecidos por los medios tradicionales, ante los cuales la sociedad civil está reaccionando.

¿Qué cambios concretos hay en Argentina a partir de la ley de medios?

Su vigencia es un hecho espectacular no solamente para la sociedad argentina, sino también para América Latina porque es un paradigma a seguir por su valor como instrumento antimonopólico que fomenta la descentralización, la diversificación y la democratización comunicativa. La ley fomenta un flujo informativo con opiniones diversas, lo que garantiza el equilibrio democrático del sector comunicacional. Tan importante es su aplicación que la Comisión Internacional por la Libertad de Expresión de la UNESCO ha considerado a la ley de medios de Argentina como la más avanzada a nivel mundial.

¿Qué otros países están adoptando el mismo camino?

En este momento los más avanzados son Ecuador y Uruguay que discutirán una ley de medios parecida a la Argentina. En Brasil, también se está analizando el problema de los monopolios mediáticos, pero la realidad política es distinta a la de esos países, por lo tanto un cambio de escenario será más costoso.

De Moraes es doctor en Comunicación y Cultura en la Universidad Federal de Río de Janeiro y docente del Departamento de Estudios Culturales y Medios de la Universidad Federal Fluminense. Además, se desempeña como investigador del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico de Brasil. También, es autor y coordinador de varios libros: Mutaciones de lo visible: comunicación y procesos culturales en la era digital (2010), Sociedad mediatizada (2007), Cultura mediática y poder mundial (2006), Por otra comunicación: medios, globalización cultural y poder (2005).

Entrevista realizada por Leandro Lacoa.