Visibilizar la violencia de género, también en las aulas

En el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la socióloga e investigadora de CONICET Vanesa Vázquez Laba repasó los avances que se dieron en el ámbito universitario durante los últimos años, y resaltó la importancia de la capacitación para desnaturalizar conductas discriminatorias y sexistas.

(Agencia CTyS-UNLaM) - En el marco del Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la socióloga Vanesa Vázquez Laba dialogó con Radio Universidad sobre los avances que tuvieron lugar en el sector académico a lo largo de los últimos años. “Con las capacitaciones y los protocolos, generamos una malla de consciencia importantísima respecto de los vínculos, de las situaciones de discriminación que se dan en las universidades, de la desigualdad, y vamos allanando el camino para ir por otras cuestiones más estructurales”, expresó.

Vázquez Laba dirige el Programa Contra la Violencia de Género (PCVG) de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), uno de los espacios pioneros en el ámbito universitario nacional que cuenta con un Protocolo para la actuación en Situaciones de Discriminación y/o Violencia de Género, es decir, que permite recibir las denuncias –tanto dentro del espacio académico como de la comunidad-, determinar cómo proceder y realizar las eventuales derivaciones.

Desde 2014 a la fecha, cerca de un 82 por ciento de las universidades nacionales crearon sus propios protocolos de actuación para intervenir en situaciones de violencia de género, discriminación, acoso, hostigamiento y maltrato dentro de estos espacios. “Esto es inédito, ya que las universidades nunca se habían pensado hacia adentro ya que sus temas de investigación siempre estaban vinculados al qué pasaba hacia afuera”, reflexionó la investigadora.

La experta señaló que este escenario se debe al fuerte ingreso de la agenda feminista a la agenda pública y social de los últimos tiempos, que también logró avances en el plano jurídico, tales como la Ley 26.485 de Protección Integral a las Mujeres, sancionada en 2009, y la Ley 27.499 de Capacitación Obligatoria en Género, conocida como Ley Micaela, promulgada en 2018. Cuando los discursos y prácticas violentas comenzaron a desnaturalizarse en la calle, el reclamo por más y mejores políticas en ese plano fue dirigido a todos los niveles del Estado y a sus diversas instituciones.

Con los protocolos, las instituciones educativas tienen instrumentos para tratar hechos ocurridos en su propia comunidad por pares, docentes, no docentes y cargos superiores. “Las universidades empezamos a mirarnos hacia adentro. Y ahí no solo la creación de los protocolos es importante, porque se trata de un instrumento institucional a partir del cual se plantea un procedimiento frente un hecho de violencia dentro de la universidad por actores del ámbito universitario”.

En el caso de la UNSAM, la intervención a través del programa, necesaria para brindar instancias de escucha, contención y seguimiento a violencias que de otro modo se verían invisibilizadas, también se conjuga con la producción de conocimiento acerca de las formas de manifestación de la violencia y de las posibles estrategias de transformación de dichas conductas.

Por ejemplo, si bien hay casos en el que se realizan sanciones a quienes perpetran los hechos de violencia graves, también existen instancias de capacitación, conscientización y producción de material pedagógico. “Los espacios de género en las universidades son muy importantes porque se evacúan un montón de dudas, por eso hoy hay muchas medidas pedagógicas y preventivas. Hoy son las estudiantes quienes piden más procesos pedagógicos”, concluyó Vázquez Laba.