Un antígeno que identifica al parásito del Chagas

El principal vector de la enfermedad presenta seis linajes distintos. Hoy, gracias al estudio de científicos salteños, es posible diferenciarlos de manera rápida y efectiva. Este avance resulta clave para ampliar el conocimiento de la enfermedad en Argentina.

Agencia CTyS (Gaspar Grieco) - Científicos de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) han comprobado que la proteína TSSA (Trypomastigote Small Surface Antigen) es capaz de identificar uno de los linajes de Trypanosoma cruzi, parásito causante de la Enfermedad de Chagas-Mazza y que transmite la vinchuca,  vector de la enfermedad.

Las poblaciones del parásito T. cruzi presentan una gran variabilidad genética y en la actualidad están divididas en seis linajes que actúan de forma diversa según el organismo. Esta división se reconoce como linajes TCI, TCII, TCIII, TCIV, TCV y TCVI, siendo los dos últimos los más predominantes en la Argentina.

“En Argentina, predomina el linaje V, que está asociado con la infección humana, y el VI, con la canina. Nosotros trabajamos más con sueros de perros porque es más fácil aislar el parásito y así poder caracterizarlo”, explica el biólogo Rubén Cimino, integrante del grupo de investigación de la UNSa.

La proteína TSSA, que produce el laboratorio de Química Biológica de la Casa de Altos Estudios, es utilizada para identificar el tipo de linaje del T. cruzi. “Uno de los objetivos que estamos tratando de lograr es evaluarla con muestras de pacientes leishmaniásicos y chagásicos, ya que los parásitos que producen estas enfermedades presentan propiedades parecidas, pudiendo generar problemas en el diagnóstico”, detalla el investigador.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) unas 10 millones de personas en el mundo padecen de la enfermedad de Chagas, siendo en América Latina donde se registra el mayor número de casos ya que el T. Cruzi proviene de estas latitudes. En Argentina, en tanto, entre 2,5 y 3 millones de personas están infectadas con este parásito y la mayoría se encuentra en las zonas del noroeste del país.  

Ese pequeño detalle

En el año 2002, un grupo de científicos de la Universidad Nacional de General San Martín (IIB-INTECH) logró identificar la proteína TSSA que permitió diferenciar el tipo de linaje con el cual el individuo estaba infectado. Antes del descubrimiento, la única forma de conocer la característica del parásito era por medio de marcadores moleculares.

“Se necesitaba aislar el parásito porque se debía trabajar con su ADN y luego había que mantenerlo en constante crecimiento para poder aplicar todas las herramientas. Mientras que con esta proteína, mediante un ensayo serológico, con el suero del individuo se puede determinar rápidamente con que linaje está infectado”, puntualiza Cimino.

Para evaluar el antígeno (proteína TSSA), el grupo debió someterlo a la conocida técnica inmunoenzimática ELISA (Enzyme-Linked ImmunoSorbent Assay), y evaluar la capacidad diagnóstica de la prueba. Se determinó principalmente  la sensibilidad, para poder determinar la capacidad que tiene la proteína para diagnosticar la enfermedad; y la especificidad, que detallasi la misma permite descartar la enfermedad.

El resultado de las pruebas fue alentador. “Hemos determinado que en más del 90 por ciento de los caninos infectados con ese tipo de linaje, la reacción es positiva. Esto quiere decir que la proteína es muy sensible”, detalla el biólogo. Por otro lado, el antígeno no reacciona en sueros de perros no infectados con Chagas o infectados con leishmaniasis. “Eso significa que es específico para el Chagas”, precisa.

Un parásito duro de clasificar

En la región Noroeste del país, son pocos los datos de la diversidad genética de T. cruzi y, por lo tanto, se desconoce cuáles son las prevalencias de infección de los diferentes linajes del parásito y el nivel de reproducción de los mismos.

“La posibilidad de identificar el linaje infectante mediante la utilización del antígeno representa una herramienta importante para el abordaje de nuevos estudios clínicos y epidemiológicos en la región. Esto permitirá ampliar el conocimiento de la Enfermedad de Chagas-Mazza en Argentina”, concluye el investigador.