Posgrados: desafíos y escenarios en el siglo XXI

Rubén Marx, director de la Escuela de Formación Continua de la UNLaM analiza el desempeño y los logros en el campo de las carreras de posgrado. Las perspectivas sobre el debate de la educación superior y la interdisciplinariedad en la conformación de los contenidos, algunos de los ejes abordados.

Por Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS-UNLaM)- La búsqueda de conocimientos específicos, las ansias de formarse en aquella carrera que uno elige, la posibilidad de obtener el título que certifique y pruebe tanto esfuerzo…cualquier graduado habrá conocido y experimentado en varios estadios estas sensaciones. Pero a veces, ya sea por un deseo personal de perfeccionarse aún más en la disciplina o por contar con más herramientas a la hora de pelear en el mercado laboral, muchos estudiantes buscan nuevos desafíos una vez que se reciben. Y allí, con la flamante licenciatura, empiezan a buscar especializaciones, maestrías o incluso doctorados.

¿Qué debates, mecanismos y procesos se desenvuelven en el ámbito de los estudios de posgrado? Para el doctor Rubén Marx, Director de la Escuela de Formación Continua de la UNLaM, una de las claves a la hora de pensar la oferta académica en este nivel es el diálogo con todos los actores sociales, tanto de la misma Universidad como del resto de la comunidad. En diálogo con Avances, expone sus puntos de vista y su experiencia sobre los procesos de creación de los posgrados, los perfiles que se buscan con los mismos, el rol de las Ciencias Sociales y Humanidades en la sociedad y la evaluación sobre la educación en general.

¿Cómo definiría el perfil académico de la UNLaM?
Sigue siendo muy variado, pero queremos seguir escuchando todas las demandas de todos los actores. Lo conseguido hasta ahora ha sido un esfuerzo permanente de mucha gente. Hubo un período de consolidación relativamente corto. En estos 15 años se ha avanzado mucho en la Escuela de Posgrado. Quizás eso es un símbolo nuestro: a pesar de ser relativamente jóvenes, hemos logrado consolidar ofertas de calidad muy competitiva en el mercado y estamos generando nuestra impronta relacionada a la comunidad, a la fuerza productiva, con un compromiso de fortalecer al estado nacional, provincial y municipal también. Todos esos compromisos han tenido un grado de avance e implementación muy fuerte en los últimos quince años y esperamos poder mejorarlos aún más.

¿Qué metas se proponen, en este sentido?

Como metas tenemos carreras nuevas en las que estamos trabajando para ampliar la oferta académica. Buscamos tener más alumnos en algunas carreras, pero a su vez también queremos profundizar y fortalecer la investigación, lo que implica mejorar las publicaciones y las presentaciones en los congresos internacionales. Hemos dado pasos que otras instituciones han tomado en 100 años, eso tiene un mérito muy importante.

¿Dónde está la clave a la hora de entender la importancia de los posgrados?

La complejidad del mundo requiere respuestas muy específicas y lo que hacen los posgrados es fomentar investigaciones y profundizar conocimientos. Esas respuestas irán cambiando de acuerdo a qué tipo de posgrados sean. Hay una tendencia mundial, tanto en la Unión Europea como en los países de América del Norte y en el resto del mundo, de pensar y articular las carreras de grado con distintas carreras de posgrado. Es una tendencia que ya lleva unos 20 o 30 años. Tal vez antes no existía una oferta tan rica, con todas las posibilidades que tenemos hoy en día. Cada posgrado contesta respuestas distintas. En todo caso, siempre es importante fortalecer la investigación de calidad, siempre con un enfoque multidisciplinario.

¿En qué consiste el proceso para definir la creación de un posgrado?

Los primeros que dialogan con nosotros son los departamentos académicos de la Universidad, que acercan propuestas en base a las necesidades que ven en las carreras de grado. Hay que tener en cuenta que la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) evalúa todo tipo de cuestiones con la carrera: a los docentes, a los coordinadores académicos, a los directores, a los miembros del Comité Académico, la dinámica de las clases, etc. A los ojos de la CONEAU, los docentes tienen que fomentar las prácticas profesionales, tienen que tener una vida académica muy intensa, dirigir tesis en el tiempo reciente, haber participado en jurado de tesis…El nivel de exigencia es muy alto. Siempre buscamos alternativas nuevas, conocer universos nuevos, escuchar demandas nuevas. Tenemos un objetivo de excelencia pero también insertarnos en la realidad de nuestra comunidad, tanto de la provincia como de Argentina.

Hoy en día, ¿cuáles son las discusiones y debates que hay alrededor de la creación de determinados posgrados?

Siempre el trabajar con líneas nuevas de investigación y posgrados insume mucho tiempo, son años de preparación de cada una de las carreras. Vamos con una actitud muy abierta y constructiva y siempre buscando que la carrera que se construya tenga interés, que tenga un aporte para nuestros graduados, organismos públicos y organizaciones de la sociedad civil. La discusión muchas veces es técnica: cómo llevarla a cabo de la mejor forma con las mejores prácticas, cumplir los estándares y estar seguros que vamos a estar haciendo un aporte importante, saber si va a haber gente interesada.

¿Cuando se definen y diseñan los posgrados, qué perfiles se piensan?

Al tener una oferta de especializaciones, maestrías y posgrados, la oferta y los perfiles van cambiando. Para una especialización más profesional, el perfil va a ser un joven graduado o docente, igual que las maestrías. En cambio, los doctorados ya van a tener un perfil mucho más académico de investigación. Abarcamos un universo muy grande que contiene muchos otros elementos: están nuestros graduados y docentes y mucha gente que viene de la comunidad local. Pero en algunos cursos hemos tenido mucha gente del Interior, por ejemplo. Una vez que se inicia la cooperación con organismos como el INTA, el INDEC o AFIP, los alumnos provienen de varios lugares. Tuvimos algunos alumnos internacionales y fueron experiencias interesantes para tenerlas en cuenta.

¿Qué aspectos que no se ven o no se trabajan en las carreras vienen a complementarse en el posgrado?

Por un lado, se busca especializarse en alguna materia de la carrera, pero, por el otro, hay un espacio mucho más amplio para investigar, mientras que en la carrera de grado ese espacio está más reducido. Incluso, los docentes dirigen proyectos de investigación e incluyen a sus alumnos como estudiantes investigadores. También se busca promover una mejor articulación con nuestros propios departamentos académicos, con las empresas, con los organismos públicos y con las ONG. Estamos convencidos, además, de que la formación actual tiene que ser permanente: el posgrado es otra etapa más, con las especializaciones, las maestrías y en algunos casos, el doctorado.

Una de las cuestiones de los posgrados es que admiten personas que vienen de distintas vertientes. ¿Cómo repercute esta interdisciplinariedad?

Estamos muy contentos de fomentar esta interdisciplinariedad. Nuestro doctorado de Ciencias Económicas, por ejemplo, dirigido por Bernardo Kliksberg, claramente está apuntado a ese objetivo. No estamos formando sólo económicos, sino con una visión más gestáltica, más global de los fenómenos sociales, porque realmente creemos que la economía es una disciplina social, no un modelo matemático. Muchas de estas maestrías tienen de estos cruces.

¿Cómo repercuten los posgrados sobre las carreras de grado? ¿Generan algún tipo de modificaciones?

Las carreras de grado tienen su propia dinámica, también han pasado por distintas tendencias que tienen que ver con los grandes lineamientos nacionales. En algún momento se pensó que era interesante acortar las carreras para vincularlas con posgrados, pero después se llegó a la conclusión de que era muy importante la carrera de grado y se la volvió a fortalecer aún más. No vemos que una carrera de grado vaya en desmedro del posgrado. En algunas carreras se intensifican los contenidos, lo cual nos termina aportando mejores graduados para hacer posgrados.

¿Cuál es la perspectiva y la postura que han adoptado en torno a las Ciencias Sociales y Humanidades, en cuanto a su rol en la sociedad?

Nosotros estamos convencidos de que las Ciencias Sociales tienen un aporte importantísimo. Reconocemos el aporte de cada una de las Ciencias Sociales, por eso hemos trabajado muchísimo en estos campos. Y como hablábamos anteriormente, siempre va a estar presente lo interdisciplinario: en carreras como la maestría en Informática hay antropólogos, por ejemplo. Siempre nos pareció importante el diálogo entre disciplinas.

¿Es una postura local o es una tendencia internacional?

Depende mucho, probablemente en algunos casos no se vea tanto esfuerzo por la interdisciplinariedad. A nosotros nos parece que es un buen aporte. Estamos pensando en América Latina, estamos pensando en aportes integrados. Como tenemos un compromiso de que lo producido en los posgrados vuelva a la comunidad, no queremos formar grupos iluminados que desconozcan la realidad en la que viven. Queremos que la gente entienda el contexto en el que está inmersa y discuta las problemáticas, además de discutir los temas teóricos pertinentes.

¿Cuáles profesiones considera que van a pisar más fuerte en el futuro?

Si bien parece haber respuestas obvias, como ingeniería e informática, no creo mucho en eso. He visto grandes empresas transnacionales contratando filósofos, La visión que algunas disciplinas en particular tengan más inserción o peso en el futuro es relativo. Obviamente en este momento todo lo relacionado con ingeniería parece ser un tema importante, pero no creo que realmente existan esas “profesiones del futuro”. Insistimos en ofertar cosas que aparentemente no son importantes pero que en realidad son muy importantes. Si hemos trabajado en diseño aeroespacial, reconocemos que estas temáticas son importantes, pero no hemos dejado de ofrecer carreras de Ciencias Sociales, Humanidades. Hay temas que siempre van a ser vigentes, como la economía o sector público, o incluso educación. En relación con actores de dentro y fuera de la universidad.

¿Cuál es la evaluación que hace de la educación en general?

Vemos que nuestros profesionales son considerados con muy alta estima, lo cual es una gran alegría. Argentina tiene muchos estudiantes extranjeros porque seguimos teniendo un nivel muy bueno en América Latina. Desde la Escuela de Posgrado creemos que estamos haciendo un aporte importante tanto a la universidad como al país. No nos sentimos como si estuviéramos en una torre, queremos dialogar con todos los actores y vamos respondiendo a los desafíos que se presentan año a año.