Instalan la primera planta experimental de biogás

Se trata del único biodigestor de prueba emplazado en una Universidad pública. Permitirá conocer el potencial energético de los residuos de la producción agrícola de la zona. Además, servirá de insumo para la investigación y capacitación de los alumnos de la Facultad de Ciencias Exactas de UNCuyo.

Uno de los interrogantes que la ciencia intenta responder hoy en día es ¿qué hacer con la basura? Sin embargo, las alternativas para disponer los residuos son cuestionadas por su impacto sobre el medio ambiente. Por este motivo, gana terreno una propuesta que, además de dar solución a la problemática, no contribuye a una mayor contaminación: los biodigestores .

“Las plantas de biogás son bastante comunes en el mundo, sobre todo en Europa: por ejemplo, en Alemania hay casi de 5.000 plantas industriales registradas. Pero, en Argentina, cuando vienen inversores a proponer plantas de biogás no se animan a hacer la inversión porque no conocen el potencial energético que tienen los residuos”, explicó a Agencia CTyS, Peter Thomas, Dr. en Ciencias Naturales y nacido en ese país europeo.

Es por eso que, en Mendoza, investigadores del Instituto de Ciencias Ambientales y la Facultad de Ciencias Agrarias dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo, en conjunto con técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) impulsaron la instalación del primer biodigestor experimental, con el objetivo de medir el potencial energético de los residuos orgánicos que producen los cultivos del oasis Norte de Mendoza. La planta, que está instalada en la misma Facultad, ya está en funcionamiento para las pruebas experimentales desde comienzos de este mes.

En ese sentido, el director de la iniciativa, Thomas, detalló que “no se busca la producción de biogás en sí, sino demostrar a una cierta escala cuál es el potencial energético de los residuos como son el orujo de uva, el orujo de la prensa de aceitunas y de las industria del tomate”.

El proyecto comenzó hace dos años y en él intervienen distintos actores nacionales y extranjeros, ya que se trata de una iniciativa de cooperación entre el INTI, la embajada de Alemania en Argentina y la UNCuyo.

Se espera que los resultados finales de estas pruebas experimentales estén disponibles dentro de tres años, aproximadamente, ya que los procesos de digestión demoran entre 3 semanas y 6 meses, dependiendo del producto.

“Acá, en Mendoza, se producen más de 1 millón de toneladas del orujo de la uva y eso, hasta hoy, se desecha”, reveló Thomas. Esos residuos podrían ser reutilizados a partir de la intervención de esta tecnología.

Sobre los beneficios del biodigestor como tecnología al servicio del medio ambiente el científico alemán aseguró: “Esta planta no solamente genera energía o agua caliente sino también un producto, un fertilizante orgánico. Además, el biogás es totalmente natural y juntar ese metano y darle un fin contribuye a no contaminar el medio ambiente”.