Industria nacional de soluciones

En el país hay más de 2 millones de personas discapacitadas, de las cuales medio millón tiene además necesidades básicas insatisfechas. Una ecuación paradójica: quienes más necesitan son los que menos tienen. Para resolverla, el INTI ideó diversos dispositivos ortopédicos económicos y portátiles. ¿Cuál será finalmente el resultado?

Agencia CTyS (Nadia Luna) – Escuelas productoras de tecnologías para la discapacidad; innovaciones destinadas a optimizar la higiene de pacientes con movilidad reducida y equipos para la prevención de la salud visual, auditiva y dental son algunas iniciativas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).

“Tenemos unas 50 o 60 innovaciones desarrolladas, algunas terminadas y otras en avance”, calcula en diálogo con la Agencia CTyS el ingeniero Rafael Kohanoff, director del Centro de Tecnologías para la Salud y la Discapacidad del INTI. Con las finalizadas armó una “Propuesta de interés municipal”, que actualmente contiene 17 programas.

Una innovación consiste en identificar una idea que resuelva un problema y se plasme en un producto, que luego será introducido en el mercado con el objetivo de hacer la vida más fácil. No necesariamente es una invención. Puede ser una modificación de un dispositivo ya existente, para tornarlo más accesible, más barato o más funcional.

“Son cosas sencillas, pero que si al mercado no le interesa, no están”, explica Kohanoff, y resume la misión del Centro en “identificar un problema, resolverlo y encontrar la manera de que llegue a la gente”, así como también fortalecer la industria nacional.

Fabricando sonrisas

El “Programa productivo, tecnológico y social”, que elabora dispositivos para personas con problemas motrices, fue distinguido por la Organización de Estados Americanos (OEA) el pasado mes de diciembre, ya que lleva tres años asistiendo a discapacitados con NBI.

Contempla 15 innovaciones en producción, entre las que se cuentan sillas de ruedas y posturales, muletas, bastones, andadores, tablas de transferencia y bipedestadores para bebés. Otros prototipos se encuentran aún en desarrollo o en etapa de estudio.

El Centro se encarga de la confección de planos y manuales para la producción, con todas las especificaciones necesarias para cada equipo. Pero el INTI no fabrica ni vende, por lo que debe delegar el trabajo en otras entidades.

Las escuelas técnicas y centros de formación profesional son los que reciben el honor en este caso. “Son instituciones públicas en las que hay capacidad, están en todo el país y pueden estar cerca de un hospital o una escuela especial donde trabajan y estudian
personas con discapacidad”, explica el ingeniero.

Por su parte, el Instituto Nacional de Escuelas Técnicas (INET) y la Comisión Nacional Asesora para la Integración de las Personas Discapacitadas (Conadis) se ocupan de financiar el proyecto para posibilitar que los precios sean accesibles.

“Actualmente, 130 escuelas de todas las provincias ya han recibido nuestros manuales, más un subsidio para comprar los materiales y fabricar los equipos -describe Kohanoff. -Y han tenido la enorme satisfacción de entregarlos directamente a las personas necesitadas”.

Una cultura de la prevención

Otra “Propuesta de interés municipal” promueve el resguardo de la salud visual, auditiva y bucodental, especialmente en el ámbito escolar y rural, mediante tres dispositivos portátiles y económicos: la lámpara de hendidura, el audiómetro de barrido y el sensor intraoral.

Según datos del INTI, medio millón de argentinos padece problemas visuales, de los cuales 50 mil son ciegos (40 mil podrían no haberlo sido con prevención). Algo similar sucede con la cantidad de personas que sufren de dificultades auditivas. En tanto, se calcula que el 95% de la población tiene caries y que hay 2 millones de desdentados.

“No existe la costumbre de ir al médico por prevención, generalmente uno va cuando ya es tarde”, remarca Kohanoff. Y eso que la revisión lleva lo mismo que una ducha diaria. El diagnóstico preventivo auditivo toma apenas 10 minutos, y el visual, 20. A la fecha ya se probó en escuelas de Concordia, Entre Ríos, y del municipio de Luján.

La lámpara de hendidura sirve para realizar un estudio de la parte frontal del ojo. El audiómetro de barrido determina cualquier tipo de hipoacusia por vía aérea. Y el sensor intraoral permite al odontólogo proyectar la cavidad bucal en un monitor y tomar fotos para observar en detalle.

Además, el INTI creó un “Cartel de Lectura Oftalmológico para prevención de la Salud Visual”, gracias al cual la persona puede saber si necesita concurrir al médico. Está simplificado para el uso masivo de los ciudadanos ya que expone un sólo signo en diferentes tamaños.

Esta iniciativa fue aprobada por el Programa Nacional de Salud Visual y Prevención de la Ceguera del Ministerio de Salud. Se encuentra disponible gratuitamente en www.inti.gob.ar/carteloftalmologico, donde también figuran sus instrucciones.

Tecnologías para la vida

La tecnología también aporta novedades al área de la neurorehabilitación para tratar patologías como parálisis cerebral, lesiones de la médula espinal, Parkinson y esclerosis múltiple, a través de cuatro equipos activadores de la plasticidad neuronal.

Se trata de un estimulador de marcha, una paralela móvil, un andador con apoyo de axilas y un andador con guía direccional. Sustituyen los equipos importados con los que muchas veces no se logran los resultados esperados, al tiempo que los más sofisticados son demasiado caros.

La nueva aparatología ya se implementó en Jujuy, Córdoba, Santa Fe, Capital Federal y los municipios bonaerenses de La Plata y Malvinas Argentinas. “Personas que no han caminado nunca en su vida, están caminando con un año o dos de tratamiento”, se alegra Kohanoff.

Otro programa destinado a las instituciones de salud es el que brinda cuidados especiales a personas con movilidad reducida a la hora del baño. Además, las dos innovaciones ideadas optimizan el trabajo del personal para no exponerlos a lesiones físicas por realizar malos esfuerzos.

La “camilla para baño” es de acero inoxidable, con barandas de seguridad rebatibles, ruedas con frenos y desagüe para líquidos. Posibilita un traslado seguro y confortable al cuarto de baño y permite que las tareas de aseo, secado y vestimenta se realicen sobre la propia camilla.

En tanto, el “sistema portátil de baño en cama” consiste en una bañera plegable y un módulo de agua con duchador manual. De fácil armado, evita que el colchón, la ropa o el suelo se mojen, ya que aspira el agua residual mediante una manguera de succión.

Un mundo de sensaciones

Un concepto clave cuando se habla de discapacidad es el de “integración”. La estimulación multisensorial temprana, por ejemplo, fomenta el aprendizaje del paciente y su relación con el entorno, al trabajar las sensaciones y percepciones a través de diferentes dispositivos.

En tanto, el programa de “plazas integradoras” incluye juegos adaptados, rampas y vías de acceso, y el de “pistas saludables” comprende espacios públicos para la realización de actividad física. Por último, las sillas de ruedas para iniciación deportiva promueven la integración social a través del básquet y el tenis.

“Lo que hay que vencer no es tanto la parte técnica, donde no estamos teniendo problemas, sino el hecho de que esto se difunda”, concluye el ingeniero Kohanoff, y recalca: “hasta que no sea aprovechado por la gente no paramos.”