Presentaron el tercer y último informe del IPCC sobre mitigación del cambio climático

En un webinar organizado por la cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación, se analizaron los últimos avances vinculados a la mitigación del cambio climático a nivel global. “A menos que haya una reducción profunda e inmediata de gases de efecto invernadero, la meta de no superar 1,5°C está fuera de alcance”, alertaron.

Agustina Lima (Agencia CTyS-UNLaM) - Tras presentarse las contribuciones del Grupo de Trabajo I sobre las bases físicas del cambio climático y del Grupo de Trabajo II sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad, científicos presentaron el tercer y último informe del IPCC a cargo del Grupo de Trabajo III, con el foco puesto en la mitigación y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs).

El evento fue transmitido en vivo por el canal de YouTube del MINCyT y contó con la apertura de la doctora Carolina Vera, jefa de Gabinete de la cartera de ciencia e integrante del Comité Ejecutivo del IPCC; Thelma Krug, especialista en el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE) y vicepresidenta del IPCC; y de Cecilia Nicolini, secretaria de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación de Ambiente. También disertaron los investigadores argentinos que participaron como coautores del trabajo.

“La ciencia es muy clara: a menos que haya reducciones profundas e inmediatas, alcanzar una temperatura estable de 1,5°C está fuera de alcance. La estabilización solo se puede lograr cuando haya cero emisiones netas de dióxido de carbono y otros gases como el metano”, comenzó Thelma Krug en su exposición.

En este mismo sentido, continuó: “Hay cada vez más evidencia de acción climática. Algunos países han logrado la reducción sostenible de GEIs, a través de políticas de Estado y, si bien hay un lado muy negativo, también hay opciones de mitigación que están disponibles en la actualidad, con el objetivo de reducir al menos la mitad del porcentaje para 2023 en sectores como la energía, uso de la tierra, industria, urbana, edificios, transporte y demandas de servicios”.

Por su parte, Nicolini destacó la labor de los expertos argentinos que participaron en la autoría del trabajo. “La acción climática es un punto de encuentro para pensar el país que queremos en las próximas décadas, un país que se desarrolle de manera sostenible. Sin dudas, el trabajo de la comunidad científica es clave”, subrayó.

Resultados técnicos y panorama actual

Según los resultados del informe, entre las cifras más preocupantes se destaca que el promedio anual de emisiones de gases de efecto invernadero tuvo su nivel más alto en la historia humana, dado que en el período 2010-19 elevó en un 54 por ciento las emisiones generadas durante la década de 1990.

“Llegamos a este punto porque desde mitad del siglo XIX, a partir del uso de combustibles fósiles como carbono, petróleo y gas natural, se fueron generando emisiones de efecto invernadero, que están en aumento, acompañadas por las emisiones provenientes del uso del suelo, que también libera dióxido de carbono”, mencionó Gabriel Blanco, investigador en la Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN) y autor coordinador principal del capítulo 16 del Grupo de Trabajo III.

Asimismo, aseguró que, entre las regiones que más aportan a la generación de gases de efecto invernadero, se encuentran mayormente los países desarrollados- la región de Asia, seguida de Europa occidental-, mientras que América Latina conforma un 10 por ciento de las emisiones globales.

“Hay un dato muy relevante en el informe que involucra a todos los países de la región Latina, y es que, si se sigue utilizando la infraestructura montada actualmente en torno al petróleo, gas y carbón para su extracción y uso hasta el fin de su vida útil, superaremos los 1,5°C. Mucho peor sería si se terminan de instalar las infraestructuras que están planeadas, con lo que llegaríamos a cubrir los 2°C”, aseveró Blanco.

Y, a su vez, alertó: “Estos resultados son muy fuertes porque nos marcan que no solo no hay que continuar expandiendo los combustibles fósiles, sino que habría inmediatamente que empezar a pensar en desactivar parte de esa infraestructura existente”.

Por último, comentó que “si bien se cierran muchas ventanas de oportunidad y el escenario es alarmante, hay posibilidades de mejora en el corto plazo. Sin embargo, no hay soluciones mágicas: cada región deberá evaluar sus herramientas y soluciones a aplicar en pos de contribuir a mitigar el cambio climático”.

Articular y actuar en red: posibilidades reales en el corto plazo

A lo largo del informe, los expertos desarrollan que las transformaciones para reducir las emisiones a escala global deben ser interseccionales, mediante políticas públicas y simultáneas entre países. Coordinar acciones en diferentes regiones del mundo y promover incentivos e instrumentos de mercado son algunas de las opciones que barajan los especialistas.

En su exposición, Virginia Vilariño, miembro del Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (CEADS) y autora principal del capítulo 4 del Informe, comentó: “Este reporte hace especial énfasis en las medidas que incluyen cambios en el estilo de vida y hábitos de consumo y cómo podemos como ciudadanos reducir la huella de carbono entre un 40 y 70 por ciento para el 2050. Implica cambios sistémicos que apoyen transformaciones en el transporte, en la industria, los edificios, en el uso de la tierra, entre otros”.

Para lograrlo, la licenciada explicó que se requieren grandes transiciones con sistemas energéticos de bajo o cero carbono: promover la reducción en el uso de combustibles fósiles y uso de captura y almacenamiento de carbono y apostar por combustibles alternativos como el hidrógeno y biocombustibles sostenibles, principalmente. “No alcanza con descarbonizar sectores, también es necesario reducir la demanda energética”, agregó.

Respecto al transporte, los expertos señalan que es vital la reducción de la demanda, cambiar el transporte que se utiliza por bicicletas, caminata o bien un transporte eléctrico. En casos como la aviación y el transporte marítimo, las soluciones están enfocadas en los combustibles alternativos.

El sector industrial es el que más resistencias presenta: uno de los aportes es utilizar tecnologías de almacenamiento y captura de carbono para aquellas emisiones que no se pueden evitar y se consideran difíciles de abatir. Lo que sí tienen disponible son las soluciones más simples, que involucran la economía circular, con la reutilización y reciclaje de ciertos materiales.

“En un último punto, el informe hace referencia al uso de la tierra. Las soluciones de la agricultura pueden proporcionar reducciones de emisiones a gran escala, así como también remover y almacenar dióxido de carbono. No sólo a través de las prácticas sostenibles, sino, también, a través de la protección y restauración de los ecosistemas naturales como bosques, turberas, humedales, sabanas y pastizales”, dijo Vilariño.

“Sin embargo, las acciones derivadas del uso de la tierra o de un cierto sector particular no puede compensar las reducciones de emisiones no logradas ni tratadas en otros ámbitos. Es necesario explorar cómo acelerar la mitigación en relación con las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) y las políticas actuales, para cerrar tanto las brechas de emisión como las brechas de implementación, pensando en el futuro cercano que es complicado, pero, aun, hay esperanzas”, concluyó la coautora del trabajo.