Los ecosistemas áridos mitigan el calentamiento global

Investigadores de las Universidades Nacionales de San Juan y La Pampa y del INTA Bariloche participaron de un estudio internacional sobre el rol ecológico de la biodiversidad en ecosistemas de zonas áridas. El trabajo llegó a las páginas de la prestigiosa revista Science.

Agencia CTyS - Las zonas áridas cubren el 41% de la superficie terrestre y alojan nada menos que al 38% de la población humana. Estos sencillos números reflejan la gran capacidad que tienen estos ecosistemas para producir servicios clave para el mantenimiento de la vida en la Tierra. Pero el calentamiento global no sabe de números ni estadísticas. Simplemente avanza, deteriorando todo a su paso, sin distinción de cultura, territorio o religión.

Por eso, un equipo de más de 50 investigadores provenientes de 16 países realizó un estudio empírico a escala global que determinó que la preservación de la biodiversidad vegetal es crucial para frenar los efectos negativos del cambio climático y la desertificación en zonas áridas. Este trabajo se publicó en la prestigiosa revista Science y contó con la participación de seis investigadores argentinos.

“Debido a que en el ámbito político aún no se ha llegado a un acuerdo para disminuir las emisiones de dióxido de carbono en el mundo, lo que nosotros podemos aconsejar a los gobiernos y habitantes de las zonas áridas para mitigar los efectos del cambio climático es tratar de mantener el número de especies y, si es posible, incrementar su cantidad a través de técnicas de revegetación y reforestación”, remarca en diálogo con la Agencia CTyS el biólogo Gabriel Gatica, quien participó de la investigación desde la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ).

Gatica forma parte del Grupo de Ecología del Desierto (GEDes) de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNSJ. El GEDes fue gestado hace cuatro años por su actual director, el doctor en Ciencias Biológicas Eduardo Pucheta, también miembro de la investigación internacional. Los otros participantes argentinos son Ernesto Morici y Aníbal Prina, de la Universidad Nacional de La Pampa; y Donaldo Brán y Juán Gaitán, del INTA Bariloche.

La publicación de este estudio en una de las revistas de mayor impacto en la comunidad científica es el broche de oro a los cinco años de investigación internacional conjunta. “Publicar en Science nos abre las puertas para ser más conocidos en el ambiente ecológico y conseguir subsidios para seguir trabajando en estos temas”, señala Gatica. “Además, desde el GEDes estamos orgullosos de poder participar en esta red global, a pesar de que somos un grupo muy chico que recién está empezando y que trabaja muy a pulmón”.

A lo largo y a lo ancho de la esfera celeste

El muestreo de campo consistió en la observación directa de 224 ecosistemas naturales de zonas áridas, dispersos a lo largo de 16 países de todos los continentes excepto la Antártida. “Los investigadores españoles Fernando Maestre, coordinador general del estudio, y Adrián Escudero, establecieron el protocolo de muestreo de campo que rigió para todos los grupos de investigación y para todas las parcelas estudiadas. Una vez tomadas, las muestras de suelo fueron mandadas a España para ser analizadas en tres laboratorios”, cuenta el biólogo.

En total, los científicos examinaron más de 2600 muestras de suelo, analizando 14 variables fundamentales para el equilibrio ecosistémico, como el carbono, el nitrógeno y el fósforo. De esta manera, los resultados comprobaron que una mayor biodiversidad en los ecosistemas de zonas áridas incrementa los valores de estas variables. En tanto, dichos valores decrecen a medida que aumenta la temperatura media anual ocasionada por el calentamiento global.

“Existen trabajos sobre temáticas similares a escala global, pero utilizan otras herramientas, como imágenes satelitales, o datos ya publicados por otros autores, y hacen una especie de meta-análisis en base a eso. En cambio, este estudio utiliza una metodología netamente empírica, y eso lo hace único”, destaca Gatica.

El investigador sanjuanino asegura que siguen en contacto con la red global pero no descuidan el aspecto local. “Estamos haciendo reuniones cada vez más seguidas con los otros equipos del país para reforzar el trabajo a escala regional, porque nos parece que en Argentina nos vendría bien un planteo de esta naturaleza. Y, personalmente, yo estoy empezando un doctorado también en esta temática, pero a escala local”, concluye.