Los agujeros negros elevaron la temperatura del Universo

Poco después del Big Bang, el espacio era frío y estaba cubierto por nieblas. El investigador superior del CONICET, Félix Mirabel, dirigió una investigación de la que participaron astrofísicos de la Universidad de Harvard, para develar por qué concluyó esta fase oscura del Universo, permitiendo que hoy sean visibles las estrellas y las galaxias.

Emanuel Pujol (Agenca CTyS) - Los agujeros negros parecen un invento de la ciencia ficción. Sin embargo, son inmensamente reales; tan grandes que capturan y devoran todo lo que cae en su atracción gravitacional, generando procesos físicos y despidiendo chorros de energía que colaboraron a elevar la temperatura del medio intergaláctico en tiempos tempranos del Universo.

Así lo reveló una investigación que alcanzó gran repercusión en el mundo de la ciencia y estuvo a cargo del investigador superior del CONICET Félix Mirabel, quien fue invitado a explicar esta teoría en el congreso de la Unión Astronómica Internacional que se desarrolló en Japón entre el 12 y 16 de marzo.

Antes de partir al exterior, el astrónomo dialogó con la Agencia CTyS sobre el rol que jugaron los agujeros negros de masa estelar para que concluyera la fase oscura del Universo, que se extendió desde los primeros 400 mil años hasta los mil millones de años después del Big Bang.

Desde la gran explosión inicial ya pasaron más de 13 mil millones de años, por lo que la era de las tinieblas fue abandonada hace muchísimo tiempo. El doctor Félix Mirabel comentó que “se sabe muy poco sobre los primeros mil millones de años del Universo, puesto que no hay muchas certeza sobre cómo se formaron las primeras estrellas de las primeras galaxias, por ejemplo”.

Tampoco eran convincentes las explicaciones sobre cómo podía haber concluido esta fase oscura, por lo que Mirabel lideró una investigación en compañía del director del Departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard, Abraham Loeb. “En este trabajo, he propuesto la idea de que la radiación de los agujeros negros de masa estelar contribuyeron a levantar esta neblina inicial”, expresó el investigador argentino y ex director del Observatorio Austral Europeo.

Los agujeros negros fueron determinantes para que subiera la temperatura del espacio, debido a que absorben, atraen y devoran lo que está a su alcance, incluyendo estrellas, convirtiéndose en fuentes de alta energía y calor.

De manera semejante a cómo el agua de una pileta forma un remolino cuando es destapado un desagüe, una estrella que cae en la gravedad de un agujero negro comienza a girar aceleradamente a su alrededor. Y, si la masa de la estrella comienza a ser absorbida y triturada, el agujero negro comienza a despedir chorros de energía que son observables para los astrónomos.

Precisamente, Félix Mirabel fue el primero en descubrir que la fuente de radiación de más alta energía en la región del centro galáctico consiste en una estrella que esta siendo absorbida por un agujero negro, fenómeno al que denominó como microcuásar. También fue pionero en detectar chorros eyectados desde un agujero negro estelar en nuestra Galaxia, a velocidades aparentemente superiores a las de la luz.

Estos microcuásares, es decir, estos agujeros negros absorbiendo estrellas y eyectando chorros de radiación X ya estaban presentes en las etapas tempranas del Universo y tuvieron participación en el calentamiento del espacio.

Los agujeros negros: calefactores del espacio
Mirabel aseveró que “la idea de que, además de la radiación ultravioleta de las primeras estrellas masivas, los chorros emanados por los agujeros negros fueron una fuente adicional importante para la calefacción e ionización del medio intergaláctico ya ha recibido considerable atención en la comunidad de cosmólogos".

Hay cientos de millones de agujeros negros en nuestra galaxia y muchos de ellos son el resultado de estrellas a las que se les extinguió su energía y quedaron oscuras en el espacio. Si bien no son fáciles de detectar, porque hasta la luz es atrapada por su fuerza de gravedad, se los puede descubrir por las alteraciones que producen en los cuerpos visibles que se arremolinan a su alrededor.

Si bien cuentan con mala fama en las películas de ciencia ficción, los agujeros negros fueron claves para que aumentara la temperatura en el Universo temprano y se elevaran los niveles de ionización. Por ello, fueron grandes colaboradores para que se disiparan las neblinas de la fase oscura y el medio intergaláctico sea tal como lo conocemos hoy, transparente, y podamos ver las estrellas con solo mirar hacia el cielo.

El poeta Walt Whitman, en Cuando escuché al docto astrónomo, valoraba el mirar en silencio perfecto las estrellas, lejos de las conferencias y los guarismos de los científicos. Sin embargo, el oír disertaciones sobre agujeros negros puede abrir nuestros sentidos más allá de aquellos misterios que están al alcance de nuestra visión.