Investigadores contra las alergias

El grupo de Aerobiología de la Universidad Nacional del Sur difunde en la web una medición diaria del nivel de polen en el aire en la ciudad de Bahía Blanca. Esta información es de especial interés para las personas con alergias o enfermedades respiratorias crónicas y para los médicos alergistas.

Agencia CTyS (Javier D´Alessandro) Para muchos, la primavera es la estación de las flores y el amor, pero para otros, también representa una época molesta, donde pueden aparecen desde pequeños granitos hasta severas complicaciones respiratorias. Para ellos, la primavera es la estación de las alergias.

Una alergia es una hipersensibilidad a una partícula o sustancia (alérgeno) que, si se inhala, ingiere o toca, produce síntomas denominados “reacciones alérgicas”.

Si bien pueden ser provocadas por un sinnúmero de sustancias, desde alimentos, insectos, animales o metales, las alergias más comunes y las que afectan a una mayor proporción de la población son las producidas por el polen de las plantas.

En este contexto, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional del Sur (UNS) desarrolló un sistema de difusión de las mediciones diarias del nivel de polen en el aire en la ciudad bonaerense de Bahía Blanca, al sur de la provincia, obtenidas a través de una metodología de medición estandarizada internacionalmente.

Esta información, que es transmitida públicamente a través de Internet, tiene una enorme utilidad médica y puede ser utilizada tanto por pacientes alérgicos como por los profesionales médicos.

“Para una persona alérgica, conocer el nivel de polen en el aire puede ser de utilidad para extremar las precauciones o, si es necesario, concurrir al médico antes de que inicien los síntomas, mientras que, a estos últimos puede orientarlos en el diagnóstico y tratamiento de la alergia”, explicó a la Agencia CTyS la doctora en Biología María Gabriela Murray.

Murray, profesora adjunta de la UNS, investigadora asistente del Conicet y directora del proyecto de extensión de la UNS denominado “Proteja su salud y la de su familia”, destacó que la iniciativa tiene como objetivo “divulgar esta información y enseñarle a la población cómo utilizarla para mejorar su calidad de vida”.

La escala polínica

Las conclusiones de cada medición diaria son presentadas disgregando la información según la especie de árbol/arbusto o hierba de la que se haya registrado presencia de polen en el aire.

Esto es importante ya que, en general, una persona no es alérgica, por ejemplo, al polen de cualquier árbol, sino al de alguna o algunas especies de árbol particular, por lo cual es necesario precisar concretamente esa información.

Por otro lado, debido a que las alergias sólo pueden ser diagnosticadas “probando” las reacciones que los distintos alergenos provocan en el paciente, es importante que el médico conozca el polen de que especies está más presente en el aire al momento en que una persona presenta los síntomas.

Para facilitar la lectura y comprensión de los datos, se utiliza una escala que abarca desde un nivel “bajo”, a “medio”, “alto” o “muy alto”, y que se basa en los niveles adoptados por la Red Española de Aerobiología, con modificaciones propias que surgieron del trabajo que el equipo realiza desde hace 17 años.

Las mediciones, que pueden consultarse en el sitio web www.aerobiologia.com.ar, son realizadas mediante un dispositivo denominado “muestreador volumétrico por impacto”, que consiste en una varilla de polipropileno con silicona que se mueve en el aire, “golpea” a las partículas de polen y las adhiere a su superficie.

“En el laboratorio, esa varilla se tiñe con unos reactivos especiales que nos permiten identificar los granos de polen. Se pueden reconocer aproximadamente unos 80 tipos polínicos, cuáles de ellos y en qué cantidad están presentes en el aire a lo largo del día del muestreo”, describió la investigadora.

Además, Murray adelanto que “dentro de poco, con nuevos y más sofisticados equipos que llegarán al centro, se podrá obtener la medición también en forma horaria, lo que permitirá conocer cómo varían los niveles durante el transcurso el día”.

Estas mediciones, que son difundidas a través del proyecto de extensión que dirige Murray, son parte de una investigación más amplia denominada “Aerobiología y fenología en el Sudoeste Bonaerense”, que dirige, junto a Murray, el Dr. Carlos Villamil, en el Laboratorio de Plantas Vasculares del Departamento de Biología, Bioquímica y Farmacia de la UNS.

No sólo de alergias se trata

Si bien la divulgación de los datos obtenidos por este grupo de investigadores reviste un enorme grado de utilidad para la comunidad bahiense, la obtención de esos niveles no su preocupación fundamental.

“Nuestro objetivo final como grupo de investigación no es conseguir el nivel diario de polen en el aire, aunque conocer ese dato sea útil para la comunidad, por lo cual decidimos difundirlo. Sin embargo, para nosotros esa información es un insumo fundamental y un punto de partida para otras investigaciones”, explicó Gabriela Murray.

Entre otros temas, el grupo de Aerobiología trabaja cuestiones más amplias como la aplicación de estos datos en programas de predicción de los niveles de polen en el aire o el cruzamiento de la información con variables meteorológicas para indagar la relación entre el clima y los procesos reproductivos de las plantas.

“Una de las líneas de trabajo más importantes de la aerobiología a nivel mundial, que nosotros también estamos incorporando, es utilizar a los granos de polen como un bioindicador del cambio climático”, describió la investigadora.

Esta técnica consiste en evaluar las modificaciones de las condiciones meteorológicas en un período determinado de tiempo a través de la observación de los niveles de polen en el aire, lo que indica la periodicidad y duración de los procesos de floración, una variable altamente sensible a los cambios del clima.

Otra de las investigaciones que lleva adelante este grupo esta abocada al análisis de la producción de polen de olivares en el partido de Coronel Dorrego, 100 kilómetros al este de la Ciudad de Bahía Blanca.

El objetivo final de esta investigación es desarrollar un modelo predictivo para pronosticar el nivel de producción del olivo, uno de los cultivos agropecuarios más importantes de la zona.