Identifican leguminosas adaptables a campos inundados

La investigación de los especialistas de la Universidad Nacional del Nordeste permitirá que la producción no descienda en áreas deprimidas donde la actividad pecuaria se perjudica por anegamientos; por el exceso de agua, la producción del forraje llega a caer hasta un ciento por ciento.

Sebastián Alonso (Agencia CTyS - UNLaM) - Los campos de suelos bajos con problemas de drenaje ocupan en Corrientes cinco millones de hectáreas, un 30% de la superficie de la provincia. En esas tierras destinadas a la ganadería, las lluvias generan inundaciones que asfixian las raíces del forraje y perjudican la alimentación de los animales.

Investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) estudiaron y detectaron diferentes especies de leguminosas que pueden adaptarse a las áreas anegadas y por lo tanto persisten más allá de las recurrentes inundaciones en períodos estivales. De esta forma, al poder sostener la dieta del ganado, la producción no descendería en esos lotes.

En diálogo con Agencia CTyS, la doctora Elsa Ciotti, del departamento de Producción Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE resaltó la relevancia del estudio ya que, según afirmó, las leguminosas son las encargadas de aportar proteínas a los animales y por eso es fundamental su presencia en el suelo.

El equipo de investigación trabajó con los ejemplares en invernáculo y los sometieron a un tratamiento de inundaciones que duraron de ocho a diez días, el período que normalmente los suelos planos retienen el agua. Las distintas especies tuvieron un comportamiento promisorio porque maduraron satisfactoriamente más allá del exceso hídrico.

Los cuatro tipos de leguminosas herbáceas que resistieron las condiciones de anegamiento fueron Desmanthus virgatus, Aeschynomene americana, Macroptilium lathyroides y M. atropurpureum. “Pueden ser aprovechadas para la actividad en el campo, utilizándolas solas o junto a gramíneas, que también deben estar en la dieta del ganado porque le proporcionan energía”, detalla la doctora.

Las inundaciones no solo asfixian a las raíces sino que afectan negativamente al crecimiento de las plantas, al proceso fotosintético y reducen, además, la absorción de nutrientes y el tamaño de los tallos.