Estudian cómo reacciona el cerebro ante la separación materna temprana

No hay nada más cálido que el cariño de una madre. Si falta, no sólo se extraña, sino que también se producen alteraciones en el cerebro que pueden determinar las respuestas ante situaciones estresantes en la vida adulta.

Agencia CTyS (Gaspar Grieco)- Científicos de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) están realizando una investigación en la que se proponen descubrir qué ocurre en el cerebro de ratas adultas machos y hembras que fueron separadas de su madre durante las primeras semanas de vida.

La estimulación materna temprana durante la primera etapa de la vida es esencial para el desarrollo adecuado del sistema nervioso. Una experiencia vincular adversa podría repercutir sobre el crecimiento y el desarrollo de diferentes elementos que constituyen el sistema nervioso central como las neuronas y la glía. A tal punto que los mamíferos que son separados de su madre sufren condiciones de estrés crónico cuyas consecuencias pueden perdurar hasta la vida adulta.

“La separación temprana afecta aparentemente más a las hembras y, por lo tanto, son más propensas, luego en la vida, a sufrir enfermedades o patologías relacionadas al estrés, como por ejemplo depresión y ansiedad”, explica a la Agencia CTyS María Angélica Rivarola, Doctora en Ciencias Biológicas e investigadora del CONICET.

La estructura cerebral

Lejos de tratarse sólo de una cuestión psicológica, esta situación está asociada a la materialidad del cerebro y al accionar de las neuronas en el hipocampo y en el núcleo paraventricular. “El hipocampo es una estructura plástica localizada en la profundidad del cerebro, en el lóbulo temporal, y mediante estudios con modelos animales como roedores se pudo demostrar que está relacionado con la memoria y el aprendizaje”, completa Rivarola.

Debido a su gran plasticidad, el hipocampo se modifica constantemente por la experiencia. “Esto es lo que causa que se vea tan afectado bajo condiciones de estrés, sobre todo en la porción girus dentado, donde hay más o menos neurogénesis (aparición de nuevas neuronas) y ramificación dendrítica según la experiencia que haya tenido el sujeto”, detalla la especialista.

Dentro de las células del  hipocampo, existen dos pequeñas estructuras nerviosas (de naturaleza protica)  que se denominan receptores de glucocorticoides. Si estos dos receptores (GR y MR) reaccionan de forma balanceada ante condiciones de estrés, se produce una respuesta neuronal fisiológica adecuada, pero si la acción de los mismos es desordenada, la respuesta puede provocar vulnerabilidad a sufrir enfermedades psiquiátricas y físicas.

El estrés es una reacción fisiológica frente a una perturbación o amenaza que afecte la homeostasis (equilibrio) del organismo. Es muy importante que exista porque genera las respuestas, como por ejemplo incremento de la energía, que capacitan al organismo para afrontar situaciones demandantes.

“Sin embargo – aclara Rivarola - es importante que esto en un momento se acabe y que esta respuesta neuroendócrina finalice una vez que ha sido satisfecha la demanda, ya que la exposición prolongada a las hormonas liberadas durante el estés  puede tener severas consecuencias para el organismo”.

Madre hay una sola
     
Cuando un mamífero es separado de la calidez de su madre en la etapa post natal temprana, todas las estructuras plásticas del hipocampo y  del núcleo paraventricular no se desarrollan adecuadamente.

En la investigación llevada a cabo por el equipo de trabajo de la UNC, se seleccionaron 10 camadas de ratas Wistar que fueron inducidas al apareamiento. Luego, se clasificaron sus crías por sexo y se dejaron 4 hembras y 4 machos por camada. La mitad de las mismas fueron separadas de su madre.

A partir del primer día de vida de los neonatos, comenzó el experimento en períodos diarios de cuatro horas y media durante 21 días. Luego, cuando alcanzaron la edad de 48 días, lo que en humanos equivale a adultos jóvenes, fueron expuestos a situaciones de estrés crónico variable en adecuadas condiciones de alimentación y temperatura.

Este tipo de protocolo de estrés consiste en la aplicación crónica (durante 24 días) de diferentes estresores en forma aleatoria e impredecible para los animales, imitando de alguna manera el estrés de la vida diaria al que no vemos expuestos la mayoría de nosotros.

En este caso, los estímulos estresantes consistieron en cuatro horas diarias de ruido inducido por una alarma, la aplicación de 2 inyecciones de solución isotónica, privación de alimento por 24 horas e inmovilización en cilindros de 6 centímetros de diámetro.

“Las hembras adultas resultaron ser más vulnerables, evidenciando un perfil neuroendócrino más reactivo en respuesta al estrés que los machos expuestos a las mismas condiciones. Esto es debido en parte a que los receptores de glucocorticoides no funcionaron en forma balanceada en las estructuras nerviosas encargadas de la regulación de esta respuesta”, detalla la científica.

Las hembras separadas de su madre, a diferencia de las que no fueron aisladas y de los machos, se volvieron animales temerosos y con síntomas como la anhedonia, que demuestra que están depresivas.