Descubren una nueva especie de dinosaurio saurópodo

Paleontólogos argentinos lideraron el estudio de la primera especie de dinosaurio identificada en Colombia. Este hallazgo demuestra que los braquiosáuridos lograron sobrevivir, al menos hasta el Cretácico medio, al norte del supercontinente Gondwana.

Emanuel Pujol (Agencia CTyS) - El investigador del Museo Egidio Feruglio (MEF) José Luis Carballido comentó a la Agencia CTyS que “es la primera especie de dinosaurio reconocida en Colombia y también en toda América ecuatorial y le hemos dado el nombre de Padillasaurus leivaensis”.

Este ejemplar pertenece al grupo de los braquiosauridos, unos dinosaurios herbívoros, cuadrúpedos y de cuello largo que surgieron durante el Jurásico y lograron distribuirse por todo el mundo hace 150 millones de años.

Sin embargo, este grupo comenzó a reducirse posteriormente y, a partir del período Cretácico, que comenzó hace 145 millones de años, solo se tenía registro de braquiosáuridos en Norteamérica, que en ese momento estaba separada por un océano de Colombia, donde se produjo el nuevo descubrimiento.

“La antigüedad de este ejemplar es de aproximadamente 130 millones de años, por lo que ahora se conoce que los braquiosauridos no se habían extinguido en Gondwana”, destacó Carballido, autor principal del paper que se publicó en la revista científica Journal of Vertebrate Paleontology.

Cuando surgieron los braquiosáuridos, el mundo estaba formado por un único supercontinente, llamado Pangea. Pero, hace 150 millones de años, la Tierra se había dividido en dos grandes continentes: uno, al Norte, llamado Eurasia, que comprendía América del Norte, Europa y gran parte de la actual Asia; otro, al Sur, llamado Gondwana, que estaba compuesta por América del Sur, África, Oceanía, India y la Antártida.

“Por el Padillasaurus leivaensis, sabemos que este grupo de animales terrestres vivieron en la parte norte de Gondwana, a bajas latitudes, porque tenemos buenos yacimientos en Argentina para esta época y, sin embargo, nunca hemos descubierto braquiosáuridos aquí, por lo que pensamos que alguna barrera geográfica o algún factor relacionado a la alimentación evitó que llegaran hasta aquí”, explicó el paleontólogo del MEF.

Descubrir la edad a lo Sherlock Holmes
El hallazgo de este ejemplar se produjo hace aproximadamente 15 o 20 años y los fósiles quedaron sin identificar en una vitrina de un centro comunal de Villa de Leyva, una localidad ubicada a poco más de 100 kilómetros de Bogotá. 

El doctor Carballido le contó a la Agencia CTyS que “costó mucho precisar de qué lugar se extrajeron estos materiales y qué antigüedad tenían, y si no resolvíamos estas dos cuestiones, estos fósiles pasaban a tener poco valor y era difícil que hubiéramos podido publicar el estudio”.

Pero, para suerte de los investigadores, había amonites en la roca alojada entre las vértebras del Padillasaurus. “Los amonites son unos cefalópodos marinos que tuvieron modificaciones evolutivas muy rápidas, por lo que cada especie es característica de un determinado momento”, puntualizó Carballido. Y agregó: “Entonces, al identificar las especies que estaban en esa roca, pudimos saber que el braquiosáurido vivió hace unos 130 millones de años”.

A partir de saber la antigüedad de los amonites, se verificó qué yacimientos en los alrededores de Villa de Leyva tenían 130 millones de antigüedad y así se pudo determinar el área en el que se tuvo que haber encontrado la única especie de braquiosáurido conocida hasta ahora en Gondwana.

Características del Padillasaurus leivaensis
Se encontraron unas ocho vértebras de la parte anterior de la cola de este ejemplar que pudo haber alcanzado los 18 metros de longitud. “Si bien no están muy completos los materiales, observamos particularidades que nos permitieron identificar una nueva especie”, indicó José Luis Carballido.

Mientras que los ejemplares de braquiosáuridos descubiertos en Norteamérica en el período Cretácico tienen las espinas neurales de las vértebras de la cola dirigidas levemente hacia adelante, el Padillasaurus leivaensis tiene dichas espinal dirigidas hacia atrás.

“Se trata de un nuevo linaje, pero sabemos muy poco de este nuevo grupo, porque no tenemos fósiles de sus miembros anteriores o posteriores, por ejemplo, pero imaginamos que, como cualquier braquiosáurido, tenia los miembros anteriores muy largos, lo que les daba una postura algo semejante al de una jirafa”, describió el paleontólogo.

El nombre de esta nueva especie es en homenaje al exdirector del Centro de Investigaciones Paleontológicas (CIP) de Villa de Leyva, Bernardo Padilla, quien impulsó el estudio de los materiales que estaban guardados en el centro comunal de esa misma localidad y, en consecuencia, se puso en contacto con investigadores argentinos del Museo Egidio Feruglio.

Durante el Cretácico, la zona donde aparecieron los fósiles estaba cubierta por mar, por lo que principalmente allí se encuentran muchos fósiles marinos, como así también troncos, piñas, semillas, frutos. En ese marco, el Padillasaurus es una clara excepción, cuyo estudio fue encabezado por los paleontólogos argentinos José Luis Carballido y Diego Pol.

La lenta danza de los continentes
Parece curioso que, en algún momento, América del Norte estuvo unida a Europa y bien alejada de Sudamérica. “A nosotros, los humanos, nos parece que está todo estático, que Europa está a determinados kilómetros y que no se mueve, pero la verdad es que todos los años hay desplazamientos de centímetros”, afirmó Carballido.

América del Sur se separa de África actualmente y, mientras unos bloques de tierra se separan, otros se acercan. Por ejemplo, la Isla de Pascua se unirá a la costa chilena. Si bien es imperceptible a nuestros ojos, las diferencias son tremendas en el transcurso de millones de años.

Algunos océanos serán más grandes, otros terminarán por desaparecer. Incluso, es probable que en su danza, los continentes vuelvan a bailar pegados otra vez.

Hoy separados, los continentes estuvieron unidos en Pangea. Pero, antes de Pangea, ya habían estado separados y, cuando el Planeta era aun más joven, estaban unidos en otro supercontinente conocido con el nombre de Rodinia.

Al respecto, el doctor Carballido contó que “es muy probable que en algún momento todos los continentes se vuelvan a unir, porque la Tierra se va reciclando permanentemente y nosotros podemos percibir esos cambios a través de los volcanes y terremotos, que son consecuencias del movimiento de las placas”.