Argentina tiene su primera mascota clonada

Una familia porteña perdió a su perro y no pudo superarlo. A través de un procedimiento realizado entre una firma nacional y una organización de Corea del Sur especializada en biotecnología, el país posee un primer ejemplar originado a partir de la clonación.

(Agencia CTyS-UNLaM) - Anthony era un perro mestizo que formaba parte de una familia de Capital Federal. Cuando murió dejó un vacío que sus dueños no pudieron superar y los llevó a tomar una decisión que marcaría un hito en Argentina. Contactaron a la firma BIOCAN, representante en el continente de la Sooam Biotech Research Foundation, un laboratorio de Corea del Sur que ofrece copias idénticas del can fallecido. Y Anthony volvió a nacer.

La clonación posee un alto grado de eficacia y la clave es el proceso conocido como “Somatic Cell Nuclear Transfer”. Se trata de la extracción del núcleo de una célula somática, transferida a un óvulo al que se le suprime su material genético. Posteriormente, el embrión obtenido se introduce en una hembra, que lo gesta durante el tiempo habitual.

La organización surcoreana, centrada en investigaciones relacionadas con biotecnología, lleva registrados más de mil procedimientos exitosos. A través de la articulación con BIOCAN, que brinda el asesoramiento correspondiente a los clientes, un veterinario obtiene el tejido epitelial del ejemplar, el cual es enviado al laboratorio de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires para avanzar con la reproducción celular. Las muestras son depositadas en tubos con nitrógeno líquido, que se envían al país asiático para iniciar la clonación.

Todo el desarrollo puede costar hasta 100 mil dólares, según la raza y la complejidad de las técnicas implementadas, e involucra a dos perras. Una de ellas dona el óvulo al que se le extrae el núcleo para introducir el del ejemplar a clonar, el portador de la carga genética, y otra que aporta el útero donante, donde se desarrollará el embrión.

Una vez fallecido el animal, su tejido epitelial, es decir, las células que pertenecen a su piel, pueden ser separadas hasta 72 horas más tarde. Muchas veces, el material útil para iniciar el desarrollo no se puede aislar, y por eso se ofrece la preservación genética, que mantiene los recursos preservados durante un lapso prolongado, indefinido.

La totalidad del ciclo para obtener resultados satisfactorios comprende nueve meses y así es como una réplica idéntica de Anthony pudo ver la luz. En cuanto a su personalidad, el ambiente, las características del entorno y las experiencias vividas son fundamentales e influyen en el carácter del can.

Por otra parte, cada especie requiere un proceso específico para ser clonada y, a nivel local, ya se ofrece el servicio para diversos mamíferos. Esta posibilidad comienza a generar un arduo debate entre investigadores alrededor de la cuestión ética pero, mientras, una familia porteña ya disfruta de un nuevo Anthony, su clon, o una copia exacta de su mascota.