ADN de un negocio que mueve millones

Un grupo de empresas farmacéuticas ofrecen pruebas genéticas para anticipar enfermedades, determinar el origen étnico y hasta para predecir la calvicie. Todo desde el hogar y al alcance de un click. Reconocidos especialistas en genética debaten sobre la validez de estas prácticas.

Leandro Lacoa (Agencia CTyS) - Así como se come una hamburguesa en un local de comida rápida para no perder tiempo, la medicina también ofrece servicios exprés que ahorran la visita al médico. En la última década, miles de personas se realizaron pruebas genéticas por Internet para saber qué enfermedades pueden contraer con el paso del tiempo o para conocer su origen étnico.

Según sus características, los test pueden costar entre 300 y 2000 dólares y, en el mundo, son seis las compañías que más se benefician con este negocio: 23andMe, Biomarker, Genetic Health, deCODEme, Navigenics y Scientificmatch.com. En Argentina, la empresa Hair Recovery lanzó en 2011 una prueba genética para detectar la calvicie.

La metodología de los tests es sencilla: el cliente adquiere un kit compuesto de hisopos o un receptáculo donde se debe depositar saliva. Luego, se introduce en un sobre sellado para enviarlo por correo a la empresa. En dos semanas, los resultados de la prueba llegan por Internet y el cliente accede a ellos mediante una clave que recibe en su cuenta de correo electrónico. Así, el usuario ingresa a la página de la empresa y puede pedir o no el asesoramiento de un médico on-line.

Los límites de la genética
En las enfermedades hereditarias “raras” es posible reconocer el gen afectado y cuál es el tipo de mutación mediante un test focalizado que anticipa el diagnóstico. Mientras que dolencias más frecuentes, como la diabetes o el cáncer, tienen un origen multicausal, ya sea por factores genéticos, ambientales o por el tipo de alimentación. Sin embargo, algunas personas pueden heredar de sus padres ciertas mutaciones (polimorfismos) relacionadas con estas enfermedades.

“Hacer tests genéticos a un individuo sobre estos polimorfismos que sólo determinan predisposiciones no provee mucha información para el paciente, si no existe ninguna presunción de alguna enfermedad hereditaria particular o de antecedentes familiares que evidencien recurrencia de alguna enfermedad no considerada hereditaria”, sostiene Alberto Kornblihtt, investigador superior del CONICET.

Los genetistas utilizan la noción de “predisposición genética” para determinar en cuánto aumenta la probabilidad que tiene un individuo de contraer una patología por problemas en los genes. Por ejemplo, sólo el 2% de la población masculina tiene posibilidad de padecer cáncer de próstata, pero para las personas con “susceptibilidad” genética, el riesgo aumenta de 2 a 3 veces, lo que no quiere decir que, definitivamente, se enfermará.

Para  algunos especialistas, estas pruebas directas al consumidor aportan información valiosa. “Las empresas no sólo hacen test de susceptibilidad genética, también pueden detectar la presencia de mutaciones que se asocian a diagnósticos inequívocos de enfermedades. Con este estudio me enteré que era portador de una de las posibles mutaciones que causan la fibrosis quística, una enfermedad que por el momento no tiene cura”, afirma el Dr.  Federico Prada, director de la Licenciatura en Bioinformática de UADE y uno de los pocos argentinos que realizó uno de los tests genéticos disponibles  en Estados Unidos.

Algunas enfermedades, como la fibrosis quística, se manifiestan sólo si los dos padres aportan el gen mutado. “Si hubiese sabido que era portador de esta mutación antes de tener a mis tres hijos, tal vez mi esposa se habría realizado el test también. Claramente esto puede ayudar a la planificación familiar”, agrega Prada.

La polémica por el diagnóstico y la prevención
Hasta ahora, la genética se utiliza para el diagnóstico de centenares de enfermedades hereditarias y, en menor grado, para la predicción del desarrollo futuro de algunas patologías hereditarias, pero para la mayoría de ellas todavía no existe cura ni métodos de prevención.

“Si a un paciente le encuentran una predisposición genética para desarrollar cáncer de mama en el futuro, aún no existen métodos de prevención, excepto la mastectomía radical; por ello, la prevención de cáncer de mama a nivel poblacional sigue dependiendo del diagnóstico precoz por mamografía seguida de biopsia y cirugía oportuna”, precisa Víctor Penchaszadeh, destacado genetista y presidente de la Red Latinoamericana y del Caribe UNESCO.

Varias empresas norteamericanas fueron investigadas en 2010 por la realización de test genéticos. La Goverment Accountability Office, organismo de control de las prácticas empresariales, encargó este tipo de pruebas por medio de clientes infiltrados y comprobó falta de precisión y de validez científica. Además, sólo sugerían al paciente no fumar, no beber, no exponerse a tóxicos, hacer ejercicio, etc.

“Estas empresas buscan ratificar ciertas presunciones que ya se tienen. Si alguien viene de una familia con tendencia a engordar, tendrá más posibilidad de ser obeso. Yo lo llamo apología de lo obvio”, opina Kornblihtt.

En tanto, para Prada, los test genéticos generan sujetos “proactivos” sobre su estado de salud. “Es cierto que para muchas enfermedades no hay tratamiento, pero en breve eso puede cambiar. Además, desde el momento que se recibe la información, es posible modificar ciertos factores, como la dieta, hacer ejercicio físico, realizar controles periódicos, etc.” plantea.  Sin embargo, el profesor de la UADE aclara: “Hay que tener en cuenta que nuestra salud no solo depende de los genes que ´llevamos puestos´, sino también de los numerosos componentes ambientales que nos rodean”.

Horóscopo genético
Otro de los aspectos polémicos es la realización de tests de ancestralidad, que indagan sobre la procedencia de los antepasados de una persona. “Los tests permiten ubicar en el mapamundi de dónde vienen tus ancestros. Esta información filogenética se obtiene del ADN mitocondrial, de origen materno, y del ADN del cromosoma Y, de origen paterno”, explica Prada.

Aunque algunos estudios demostraron la similitud genética entre sujetos de una misma comunidad, se cuestiona la posibilidad de determinar el origen étnico. “Las pruebas de ´ancestralidad´ suelen arrojar resultados rayanos en lo absurdo y ridículo, como decir  que una persona tiene, por ejemplo, 20% de africano, 70% de europeo, un 10% de indoamericano, etc.  Esto ya se sabe por la movilidad histórica de la población. Además, esta información puede usarse con objetivos racistas y de discriminación. Hace poco, un político húngaro declaró, en su campaña electoral, que su test genético demostraba que no tenía genes judíos ni gitanos”, advierte Penchaszadeh.

Desde el surgimiento del ser humano en África, los movimientos migratorios aumentaron junto con los cambios y mutaciones en el genoma original, pero en algunas etnias predominan ciertas variantes genéticas más que en otras. Por ejemplo, los judíos ashkenazi tienen una frecuencia algo mayor de mutaciones en los genes braca 1 y braca 2, que en la población no judía, lo que genera una mayor prevalencia de cáncer de mama y cáncer de ovario.

El problema de la medicina en Internet
Según la Dra. Andrea Puppio, responsable de Latinoamérica de GeneDx, un laboratorio que realiza estudios genéticos que no son directos al consumidor, la información que las empresas brindan sobre los tests en Internet  “está desfasada”, entre otros factores, debido al idioma, porque se pierden datos del inglés al español. “Además, en poco tiempo, hay muchos cambios en genética y las páginas no se actualizan”, agrega.

Asimismo, para la especialista, las compañías no informan que la investigación genética todavía está en curso, por lo que aún no se conoce la función de todos los segmentos del ADN.

“Se sabe que, en muy poca cantidad de tiempo, se logró secuenciar el genoma, pero aún no se descifró qué significa cada partecita. Existen segmentos del ADN que recién ahora se está descubriendo su ruta metabólica específica y deben ser realizados todos los estudios de asociación fenotipo-genotipo pertinentes, como los de asociación con rastreos genómicos (GWAS, por sus siglas en inglés), entre otras herramientas con las que cuentan los científicos para garantizar la veracidad de los resultados”, explica la Bioquímica y Magíster en Administración de Empresas.

Mientras el auge internacional de los test genéticos es cada vez mayor, los científicos continúan debatiendo sobre las implicancias éticas de estas pruebas y sobre el rol de los médicos frente a las prácticas comerciales en la salud.