Una académica entre tantos hombres

María Teresa Ferrari fue una de las primeras catedráticas mujeres de Latinoamérica. En este artículo, la doctora Dora Barrancos evoca su trayectoria y su carrera, al tiempo que resalta su inteligencia, su voluntad de saber y su lucha frente a un contexto claramente machista.

Dora Barrancos (especial para Agencia CTyS-UNLaM)*- María Teresa Ferrari de Gaudino fue una figura muy interesante; estuvo entre las primeras catedráticas mujeres de Latinoamérica pues egresó de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires en 1911. Se había recibido de maestra en 1903 y lo notable es que logró egresar como bachillera del Colegio Nacional de Buenos Aires. Allí no admitían mujeres, pero se consentía en que dieran exámenes libres, por lo que muy probablemente María Teresa egresó como alumna libre. Este dato indica que era una muchacha resoluta, con una rotunda voluntad de saber.

El primer antecedente de mujeres universitarias en el país fue el de Cecilia Grierson, la primera médica de Argentina recibida en 1889. Si bien Cecilia era bastante mayor, se tornaron amigas. Hay que destacar que era un momento histórico particular de pronunciada dominación patriarcal. El feminismo se había abierto un cauce en el mundo, pero las condiciones de las mujeres eran deplorables: se hacía todo lo posible por evitar que hicieran carreras universitarias. Se afirmaba que estaban moldeadas solamente para tareas reproductivas, para cuidar las tareas del hogar, para asistir al marido y a la prole. A inicios del siglo XX, se produce cierto quiebre y las muchachas se abrieron paso en la universidad. Pero Cecilia Gierson, antes, y muchas mujeres después, tuvieron que sufrir hostilidades. Por caso, Cecilia no pudo ganar un cargo en la Facultad de la que había egresado.

Al igual que Grierson, María Teresa tuvo que hacer obstetricia porque era lo reglado o “permitido” para las mujeres. Un dato que no puede soslayarse es que las facultades de Medicina en el mundo entero fueron las primeras que se abrieron a la captación de mujeres, por una razón muy elemental: allí las mujeres podían seguir la preparación para la asistencia, para los cuidados, para ayudar al prójimo.

Volviendo a María Teresa, antes de recibirse como médica, había estado como docente. Se recuerda en particular su pasaje por una de las escuelas que sostenía el filántropo William Morris. Una vez recibida, se las arregló para postularse como profesora en algunas cátedras. Primero, se presentó a un concurso menor para docente, que le fue denegado por su condición de mujer. En 1927, finalmente, la Facultad de Medicina la admitió con una buena cantidad de votos como profesora suplente, pero no llegó a ser titular. En 1939, la reconocieron con un título honorífico: profesora extraordinaria.

Más allá de su faceta como docente, María Teresa se dedicó a la obstetricia y también a la investigación. Claramente, era una mujer muy inquieta, muy inteligente, muy luchadora. Durante un tiempo, fue a estudiar a París a perfeccionar el conocimiento en materia de cáncer ginecológico.

En 1936, fundó junto a otras mujeres la Federación Argentina de Mujeres Universitarias, en donde un buen número de ellas pudo registrarse. Luchó denodadamente para que se reconociera la carrera de las mujeres dentro de Medicina. También fue fundadora de la maternidad del Hospital Militar.

Dejó diversos escritos. María Teresa consiguió cierto reconocimiento y hasta el beneplácito de la prensa que acompañó su lucha a favor del reconocimiento y sus esfuerzos para inscribirse en los cuadros docentes de la universidad. María Teresa fue, claramente, una denodada luchadora para que se reconociera a las mujeres en Medicina, y más allá, en la sociedad argentina.

* Dora Barrancos es Licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires, magíster en Educación por la Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil) y doctora en Historia por la Unicamp (Brasil). Es Investigadora Principal del CONICET, donde además se desempeña como Directora en representación de las Ciencias Sociales y Humanas desde mayo de 2010. También es Directora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.