Argentina, el lugar que vuelven a elegir los migrantes

La nueva política migratoria, la educación universitaria gratuita y la demanda de trabajo, entre otros motivos, promovieron la llegada de nuevos inmigrantes desde países del MERCOSUR y de argentinos repatriados de Europa.

Leandro Lacoa (Agencia CTyS) – Así como ocurrió entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, Argentina vuelve a recibir inmigrantes. Mientras que entre 1880 y 1950, los recién llegados eran de origen italiano y español mayoritariamente, en la última década, provienen de países del MERCOSUR.

Pese a que la cantidad de inmigrantes es menor a la de entonces, entre los años 2000 y 2010 se generó una transformación en el proceso migratorio en Argentina. “Para 2011, sabemos que la población extranjera creció un 20% más que la población local. Es un dato importante, ya que Argentina es un país con bajo crecimiento vegetativo", precisa a la Agencia CTyS la investigadora de la Universidad Nacional de Rosario, Mariana García.

Además, con respecto a 2001, la cantidad de extranjeros aumentó de un 4.1 % a 4.5% sobre el total de habitantes del país. “El crecimiento de la población extranjera es muy significativo en estos diez años, porque hay 300 mil extranjeros más que en 2001, en su mayoría de origen mercosureño”, puntualiza la especialista.

En Buenos Aires, por ejemplo, de 50 mil extranjeros censados, el 24% son paraguayos, el 19% son peruanos, el 11% bolivianos y el 3% son chilenos. Una de las explicaciones de la nueva inmigración es, entre otras, el boom de las construcciones en centros urbanos como Buenos Aires y Rosario.

“El país entró en un período de bonanza económica, lo que permitió insertar a extranjeros en el mundo del trabajo y en la educación pública. Para muchos inmigrantes mercosureños, Argentina es un lugar elegible para estudiar debido al prestigio y los estándares de la educación pública, más allá de la gratuidad”, opinó García.

Asimismo, en los últimos años, se registran retornos importantes de quienes migraron por la crisis de 2001. "El factor de la crisis internacional pesa como causa para el regreso. Muchos argentinos viajaron a España o a Italia con la doble nacionalidad y hoy retornan porque allá están parados, o bien porque tienen un proyecto familiar que construir en su país de origen, y la mejora económica lo hace plausible", explica la investigadora.
   
La historia de los que se fueron

El porcentaje de población extranjera decreció pasando del 30% en 1914 a un 4.1% en 2001, según los datos del censo de ese año. Sin embargo, los cambios económicos, políticos y sociales de finales de siglo XX no sólo provocaron el descenso de la inmigración, sino también la partida de argentinos.

En la década de 1960, muchas personas abandonaron el país por motivos políticos. “Todo comienza con la fuga de cerebros que se dio por la incapacidad del mercado y la sociedad argentina de dar cabida a los científicos y a los investigadores, pero también por la profundización de la persecución política en las universidades durante el gobierno militar de Onganía, en la denominada Noche de los Bastones Largos”, asegura García.

Según el sociólogo Enrique Oteiza, entre 1959 y 1964, 5.240 personas cuyo último país de residencia había sido la Argentina, habían ingresado a los Estados Unidos. El mismo autor, en un trabajo posterior de 1998, señaló que la población de graduados universitarios en el exterior era en ese año de alrededor de 30 a 50.000, sobre una población de expatriados de 800.000 a 1.000.000.

Con las sucesivas crisis económicas, se agudizó el fenómeno de migración de argentinos, principalmente hacia España. “Entre 1999 y 2001 cerca de 250 mil argentinos se van. Después de la década de 1960, las crisis de 1989 y 2001 fueron dos momentos políticos y económicos bisagra”, especifica la investigadora.

Un cambio de paradigma

Desde los gobiernos conservadores de la etapa 1880-1916, la política migratoria se basó en la apertura, pero también en el control del extranjero. “A pesar de la tradición abierta a la migración pro europeizante, a inicios del siglo XX, el Estado generó algunas restricciones a la migración, como por ejemplo la ley de Residencia en 1904 y la ley de Defensa Social en 1910”, explica la especialista en política inmigratoria.

Estas reglamentaciones consistían en la potestad del Estado para expulsar a aquellos extranjeros que generaran disturbios. De hecho hasta el 2003, cuando se promulgó la nueva Ley de Migraciones Nº 25.871, la cuestión del inmigrante se basaba en el bando militar Nº 22. 439 de la última dictadura militar.

La reglamentación del Proceso permitía, por ejemplo, ingresar a domicilios sin autorización judicial. “La excusa era buscar a aquellos que se presumía que habían ingresado de manera ilegal o bien habían devenido ilegales en su tiempo de permanencia.  La ilegalidad era un concepto de esta norma para considerar a la migración”, sostiene García.

Con la nueva norma cambió la política migratoria, lo que promovió un aumento de la residencia de extranjeros en Argentina. “Con esta ley se considera al migrante sujeto de derechos humanos. Es decir, el derecho a migrar es inalienable y personal, así como también lo son el conjunto de derechos que sobrevienen: a permanecer, a regularizar su situación migratoria, a estudiar, a trabajar, a gozar de salud", expone la investigadora.