“En las voces hay retazos de la historia nacional”

La investigadora y directora de la Junta de Estudios Históricos de la UNLaM explica cómo se pueden entender los procesos históricos nacionales desde la investigación de la historia local a partir de voces, imágenes y documentos que se creían perdidos.

¿La investigación en historia regional y nacional se puede traducir en la protección del patrimonio cultural?

La investigación se tiene que transformar en acción y las publicaciones no sólo deben aumentar el conocimiento, sino que necesitan traducirse en la práctica con políticas que rescaten ese patrimonio que se descubre, como sucedió en la Matanza con la Estancia La Elvira, que perteneció a la familia Ezcurra en el siglo XIX. En ese caso, luego de investigar su origen llamamos a la Dirección Nacional de Museos, que ratificó lo que habíamos encontrado y le brindó un marco de protección, pero esto solo se logra con investigación y acción.

¿Cree que el abordaje de la historia debe hacerse desde un enfoque local para entender la historia nacional?

No solo es necesario, sino que es lo que hacemos en la Junta de Estudios Históricos de La Matanza. Así desde que llevamos el proyecto al rector de la Universidad pensamos en investigar, porque existían estudios anteriores que no eran académicos y no se hacían de manera metodológicamente correcta. Durante 12 años hemos conformado un centro de investigación que ya tiene un archivo documental con imágenes y voces históricas del partido y sus instituciones.

¿Qué logró la Junta de Estudios Históricos hasta ahora?

Hoy tenemos diez libros con investigaciones que se titulan “La Matanza, mi lugar”, que surgen de los programas de incentivos para docentes-investigadores de las universidades nacionales. Todas las investigaciones están disponibles para la comunidad en la Junta y en las bibliotecas más importantes del país. Esto muestra qué se puede hacer desde la Universidad, dónde recogimos lo que ocurrió en La Matanza y así se pueden dar a conocer páginas importantísimas y desconocidas de la historia, pero también de la cultura nacional. Además, se archivaron más de 2400 imágenes que tienen con los 20 años de antigüedad sobre la UNLaM.

¿Qué monumento curioso pudieron descubrir en el partido cuyo origen se desconocía?

No hay alguien en el país que no conozca la Bombonera. Lo curioso es que es una edificación realizada por un grupo de arquitectos, liderados por Delpini y Sulcic, quienes marcaron un hito en la arquitectura argentina porque comenzaron a utilizar el hormigón armado. En el país solo se construyeron 3 monumentos bajo la dirección de estos profesionales: la cancha de Boca, el Mercado del Abasto y la capilla del Hospital Italiano frente a la Universidad de La Matanza. De esta manera, nos damos que antes no se hacía historia desde La Matanza, porque de hecho en nuestro cementerio municipal hay obras neoclásicas que no hay en ningún otro lugar del país.

¿Se han perdido fuentes a lo largo de la historia por la falta de investigación regional?

Claro, pero no solo eso. En nuestro país muchos procesos políticos borraron información, tal es el caso de la última dictadura militar, que quemó documentos oficiales del municipio y tergiversó muchos episodios históricos. Sin embargo, logramos rescatar, por ejemplo, fuentes orales de la época en que el predio de la Universidad de La Matanza era una fábrica y sabemos lo que sucedió con sus obreros durante ciertos momentos de la historia. En definitiva, en esas voces hay retazos de la historia nacional.

¿La Matanza tiene un archivo para consultar fuentes en futuras investigaciones?

Nosotros somos pioneros en tener archivos públicos, porque en historia oral mucha gente trabaja con entrevistas, pero se las guardan y no están disponibles. En la Junta están digitalizadas las entrevistas, hasta la puede imprimir y llevársela cualquier persona. Entonces, así se permite comprobar que existe la entrevista y eso es seriedad. A partir de eso la autoridad de la que hablábamos se confiere a lo largo de varios años de investigación seria y también con humildad, porque en la Historia las verdades son transitorias y cada uno va ofreciendo puertas para que sigan otros.

La metodología de investigación se asocia a la “historia de vida” y el archivo iconográfico ¿esta técnica ayuda a complementar la investigación con la enseñanza en las aulas?

Sí, lo tenemos muy en cuenta. La historia no debe ser un tedio, por eso en épocas en las que la imagen se ha convertido en estrella principal, es el medio para conocer la historia. En fin, no importa la fuente, lo importante es acceder al pasado que es la raíz de este presente. Además es importante que todo el mundo pueda conocerlo, porque la historia debe estar en los sistemas de enseñanza, no debe ser un simple registro de hechos, sino que se necesita para formar a los ciudadanos responsables, esos guías del mañana que van a dirigir el país.

¿Qué pasa con la investigación de la Historia? ¿Complica investigar ante la publicación de obras más ficcionales que se convierten en best seller?

Un best seller sirve para la playa y la arena cuando uno está aburrido. Yo le doy la bienvenida a la ficción porque despierta el interés, igual la investigación es otra cosa. Por supuesto que necesitamos mas investigación en todas las ciencias sociales, pero para eso hay que reconocer a los investigadores y muchas veces se prioriza más al autor del best seller porque vende más a los medios que a un investigador. También es cierto que los investigadores somos un poco aburridos, por eso hay que buscar los mecanismos para hacer el estudio más atractivo.

Entonces, ¿qué sucede con las voces de autoridad en la disciplina?

Eso se conforma en lo mediático y de repente nosotros sabemos quiénes son las verdaderas voces de autoridad porque se conoce cuáles son los investigadores que trabajan bien con las fuentes. Cuándo vos lees investigaciones dónde no se citan con claridad las fuentes, algo está mal, algo que es clarísimo es que las fuentes utilizadas tienen que estar a disposición de quién llega a investigar y eso hace avanzar a la ciencia. La ciencia se trata de que alguien pueda seguir y si no se dan a conocer las fuentes y no son públicas, estamos mal. Por eso hay que fomentar los archivos públicos.

En los últimos años hay un mayor fomento para investigar ¿cómo se beneficiaron los profesionales de la Historia?

El país cambió en los últimos años y en investigación eso se nota. Ahora, además de la inversión se necesita saber para qué se utiliza ese dinero del Estado y la respuesta tiene que venir con más investigación, con más publicaciones, con más y mejores contenidos educativos. Esto es el avance de las ciencias sociales en lo que se llama la formación de las competencias sociales, aquello que permite al ciudadano argentino ser una persona responsable con su comunidad y con la evolución de la sociedad. Todo deviene de las investigaciones que tienen un gran valor porque democratizan el conocimiento e impulsan políticas claras, luego de la década de 1990, que significó una involución desde el punto de vista educativo y social.

*Hilda Agostino es doctora en Historia y dirige la Junta de Estudios Históricos de la Universidad Nacional de La Matanza. Además, se desempeña como Secretaría de Cultura del Municipio de La Matanza.

Entrevista realizada por Leandro Lacoa.