Una carrera hacia la investigación y el pensamiento crítico

El paso de la Educación Física de los institutos terciarios a la Universidad ha generado nuevos desafíos y un nuevo perfil en los egresados de esta disciplina. La producción de conocimientos y el desarrollo de un pensamiento crítico se convirtieron en aspectos esenciales de los nuevos docentes.

Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS)- Cuenta la leyenda que durante unos Juegos Olímpicos, en la Antigua Grecia, a Orispo se le cayó su taparrabos mientras competía, causándole, así, la derrota. El incidente sirvió de punto de partida para la desnudez de los cuerpos en las prácticas gimnásticas: Gymnos o Gymnéteia significaban desnudez. Mil quinientos años después, sin embargo, la Edad Media y los pensamientos religiosos decidieron que el cuerpo debía ser ocultado, reprimido. Con la perspectiva capitalista, la lógica cambió nuevamente: el cuerpo se convertía en máquina, en un instrumento para ser utilizado con el fin específico de la producción.

Este rápido viaje en el tiempo permite entender que el cuerpo, concepto esencial en la Educación Física y en sus objetivos y alcances, ha sufrido variaciones radicales en su sentido. Y si se modifica el sentido del cuerpo, ¿se modifica también la fisonomía de la Educación Física? “Sin duda, esta asignatura ha sufrido un recorrido hasta lograr alcanzar el código disciplinar necesario para quedar definida y delimitada como tal”, asegura Mario Zimmerman, doctor en Psicología, especialista en Didáctica e investigador de la UNLaM.

El debate y la necesidad de volver a poner en cuestión los obstáculos y alcances de la Educación Física no son azarosos. Desde hace ya varias décadas, la disciplina se ha insertado en el espacio de educación superior y la Universidad Nacional de La Matanza es pionera en este proceso. Claro que este pasaje de institutos terciarios hacia claustros académicos provocó evoluciones y mutaciones.

“A partir de este pasaje- indica Zimmerman-, el gran desafío que tiene la Educación Física actual es la de reflexionar y construir conocimientos, es decir, analizar y evaluar la propia práctica, con un fuerte anclaje en la investigación y la acción”.

En este sentido, Martín Pérez Rodríguez, coordinador de la Licenciatura y el Profesorado en Educación Física de la UNLaM, sostiene que si ayer primaban los paradigmas militaristas y de rendimiento, hoy emerge un paradigma social, donde se le brindan herramientas al docente para desarrollar un espíritu crítico y poder desenvolverse en diversos escenarios sociales.

“No es casualidad que en esta Universidad la carrera pertenezca al Departamento de Ciencias Sociales -asevera Pérez Rodríguez- ya estamos hablando de trazar un vínculo con otra persona. Si bien se incluyen en los programas conocimientos sobre anatomía o fisiología, por ejemplo, o pruebas físicas de rendimiento, lo cierto es que el acento no está puesto allí, sino en formar docentes con espíritu crítico”.

Para Zimmerman, este aspecto se vuelve crucial, ya que el debate acerca de si la universidad debe formar para las demandas del mercado o para demandas vinculadas al conocimiento académico y las necesidades sociales plantea escenarios de tensiones y desencuentros. “Si la Universidad queda atada a la demanda del mercado, el licenciado que se reciba ahora podrá conseguir trabajo en el mercado actual. Pero, ¿qué pasa si no tiene la capacidad de seguir perfeccionándose y formando un pensamiento crítico?” se pregunta el académico.

Tanto Zimmerman como Pérez Rodríguez coinciden enfáticamente en este aspecto. Mientras el primero sostiene que la Universidad “debe apuntar a formar profesionales críticos para pensar en nuevos escenarios sociales y políticos”, el coordinador de la carrera de la UNLaM asegura que, si bien el termómetro lo tiene el mercado laboral, lo cierto es que la formación académica “nunca puede perder de vista la reflexión y la crítica, ya que sólo de esta forma cualquier egresado podrá ponderarse en el mercado”.

La importancia de investigar

La licenciatura en Educación Física en la UNLaM tuvo sus inicios en 1996 y, a lo largo de estos 20 años, la carrera adquirió características especiales que le dieron a los egresados un sello distintivo, como afirma Pérez Rodríguez. “El alumno que se recibe acá tiene, además de su título, un grado de compromiso, de responsabilidad, de solidaridad, de ética, que hace que sobresalga con respecto a graduados de otras instituciones”, asegura.

Según el coordinador, este factor, junto al nivel de los docentes, hace que los egresados de la UNLaM estén en la vanguardia de los puestos de trabajo. “Es para destacar que los profesores que tenemos en la carrera son docentes muy reconocidos en el ambiente de la Educación Física. El resultado de eso también se puede ver en que tenemos graduados en lugares importantes de trabajo: en clubes, a nivel nacional, internacional, etc. El producto que forma la Universidad es bueno”.

El alto nivel de inserción laboral fue uno de los aspectos a indagar en la investigación Problemáticas actuales de la Educación física: Estudio exploratorio sobre la formación e inserción profesional de los egresados universitarios, dirigido por Zimmerman, donde se tomó como universo a los egresados de esta carrera entre 2000 y 2012.

“En este aspecto nos sorprendió el altísimo nivel de inserción laboral de la muestra, más del 97 por ciento estaba trabajando. Pero más importante aún es que el 93% de los egresados de la muestra lo hace en actividades que los mismos encuestados reconocen como vinculadas a la  Educación Física, ya que la clave era buscar la representación que el mismo profesor o licenciado tenía de su carrera y de su empleo”, detalla Zimmerman.

Para Pérez Rodríguez, en tanto, el otro aspecto fundamental en que la carrera de Educación Física en la UNLaM ha crecido en los últimos años es en la investigación. “Logramos insertarnos con varios proyectos, una cuestión que la Educación Física había dejado un poco de lado. Es decir, no se investigaba sobre la propia Educación Física”, reconoce.

Las causas que explican este fenómeno, para el licenciado, se encuentran en aspectos como la formación y un cambio de generación. “Los docentes que estaban acá hace 20 años venían de una formación terciaria donde su principal rol era el de profesional y docente. Pero dentro de la Universidad hay que producir conocimiento, es una de las patas fundamentales de todo establecimiento universitario”, subraya Pérez Rodríguez.

Así, el impulso y la fomentación en pos de la investigación rinde sus frutos: actualmente hay becarios, graduados y docentes de la carrera que participan en diversos proyectos de investigación vinculados con la disciplina. “Sin dudas, esto sería imposible sin los directores de investigación de otras áreas que nos ayudan en este impulso y sin el apoyo de las autoridades del Departamento de Humanidades”, destaca.

Este proceso, que transforma al alumno, egresado o docente también en investigador, no hace más que jerarquizar la disciplina, tal como afirma el coordinador de la licenciatura: “Estos procesos de producción de conocimiento hacen que el alumno reciba esta transferencia, lo cual implica a su vez una jerarquización del plan de estudios. Y eso no es poco”, asevera, al tiempo que explica que el desafío a futuro será no sólo incrementar la cantidad de investigaciones sobre la Educación Física en la UNLaM, sino también formar e incorporar docentes con posgrado a la carrera.