“La renuncia de Mubarak es un golpe de estado palaciego”

Para Pablo Wehbe, Doctor en Relaciones Internacionales, el sector gobernante ganó tiempo para armar una sucesión prolija, “pero sin provocar grandes cambios que puedan dañar a sus aliados y a sus intereses”.

Momentos después de la dimisión del presidente egipcio Hosni Mubarak, tras dieciocho días de multitudinarias movilizaciones en su contra, Pablo Wehbe, Doctor en Relaciones Internacionales, manifestó en diálogo con la Agencia CTyS que “la renuncia es un golpe de estado palaciego avalado por el ejército, un cambio para que no cambie nada”.

“Lograron descomprimir la situación y que el país vuelva a la normalidad,mientras el vicepresidente Omar Suleimán, un hombre del ejército, encargado de la represión, es el nuevo jefe de Estado”, resaltó el coordinador del Ateneo de Estudios Internacionales de la Universidad Nacional de Río Cuarto.

Tras conocerse la dimisión, miles de manifestantes congregados en la Plaza de la Liberación, epicentro de las protestas desde hace más de dos semanas, festejaban por la noticia. Mientras tanto, mediante un comunicado, el Ejército anunció que garantizará elecciones libres y transparentes y pidió a los manifestantes que dejen las protestas para así levantar el estado de excepción que rige desde la llegada de Mubarak al poder.

“Lo que el sector gobernante ha ganado son siete meses para armar una sucesión prolija, pero sin provocar grandes cambios que puedan dañar a sus grandes aliados y a sus intereses”, analizó Wehbe. Al respecto, el investigador señaló que su primera impresión es que “lo que va a venir no va a ser necesariamente mejor”, ya que no cree que occidente “acepte pasivamente” la llegada al poder de grupos musulmanes.

“Si en unas futuras elecciones ganaran, por ejemplo, los Hermanos Musulmanes, ¿las potencias mundiales respetarán los resultados electorales o pasará lo mismo que en Argelia, que cuando ganó en elecciones transparentes el Frente Islámico de Salvación Estados Unidos generó y avaló un golpe de estado?”, se preguntó Wehbe.