Instalan un biodigestor en una escuela de Colón, en Entre Ríos

El proyecto del INTI Concepción del Uruguay tiene un doble beneficio: genera biogás, una energía renovable, al tiempo que utiliza como insumo un residuo nocivo para el medio ambiente, que proviene de una planta productora de biodiesel: el glicerol.

Agencia CTyS (Nadia Luna) - La ciudad de Colón respira nuevos aires. El glicerol resultante de la producción de biodiesel ya no contamina sus paisajes porque los alumnos de una escuela especial lo emplean como insumo para generar biogás. ¿Pero cómo se transforma un residuo nocivo para el medio ambiente en energía renovable?

Investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) Concepción del Uruguay construyeron un biodigestor que se inauguró el mes pasado en la Escuela Especial de Capacitación Laboral Nº25 de ADCADIS (Asociación del Departamento Colón de Ayuda al Discapacitado).

“Se pensó en un biodigestor para tratar en forma anaeróbica el glicerol, uno de los principales subproductos derivados de la producción de biodiesel", explica a la Agencia CTyS la ingeniera química Alejandra Barlatey, integrante del Grupo Biogás del INTI que construyó el reactor, junto a Edgardo Maroni, Carlos Cousido y Stefan Budzinski.

La producción de biodiesel es una iniciativa que también se desarrolla en ADCADIS, desde octubre de 2006, como parte del “Proyecto BIOCOLÓN” impulsado por la municipalidad de esa ciudad de Entre Ríos.

En tanto, el biodigestor fue diseñado para tratar los residuos de hasta dos reacciones de biodiesel al mes, además de los desechos orgánicos generados en el comedor de la escuela. El tanque puede ser alimentado con hasta 38 kilos de residuos diarios.

Desde el INTI, estiman que se producirán unos 8 metros cúbicos de biogás por día, que se utilizarán para calefaccionar tanto el biodigestor como el reactor donde se produce biodiesel; así como también para el horno del taller de panadería de la escuela, reemplazando el uso de leña para tal fin.

Renovando energías

El biogás es un combustible gaseoso que se obtiene mediante la acción de ciertas bacterias que degradan la materia orgánica en ausencia de oxígeno, es decir, en un ambiente anaeróbico.

Está compuesto aproximadamente por un 60 por ciento de metano (CH4) y un 40 por ciento de dióxido de carbono (CO2), aunque también contiene pequeñas proporciones de otros gases, como hidrógeno (H2), ácido sulfhídrico (SH2) y nitrógeno (N2). Además, genera un fertilizante orgánico que los alumnos utilizan en la huerta y en el parquizado de la institución.

“El biodigestor tiene dos gasómetros de 22 metros cúbicos cada uno, que es donde se acumula el biogás”, precisa la ingeniera. Además, recuerda que antes, en la escuela, no les quedaba otra más que “acumular el glicerol en tachos de 200 litros, lo cual distaba de ser seguro”, además de ocasionar un impacto ambiental negativo.

ADCADIS capacita a alrededor de 50 alumnos en talleres laborales de panadería, telar, carpintería, huerta, vivero y producción de biodiesel. “Al tener biogás, no va a ser necesario tener leña acumulada para el horno de la panadería –apunta la investigadora. -La leña puede atraer a roedores e insectos. Las condiciones de trabajo que van a tener ahora van a ser mucho más limpias”.

La producción de biodiesel, por su parte, se lleva a cabo una vez por mes, a partir de unos mil litros de aceite de cocina usado que los alumnos recolectan de comedores y domicilios particulares. Luego, es comercializado para su utilización en vehículos y maquinarias.

Cien por ciento reciclable

“La etapa de construcción fue bastante compleja -cuenta Alejandra. -El proyecto comenzó hace casi dos años, pero al principio hubo problemas en la implementación porque no había fondos económicos para llevarlo a cabo.”

Pero pronto la situación mejoró y el INTI pudo financiar el equipamiento. En tanto, ADCADIS aportó el terreno y algunos equipos; la municipalidad de Colón ayudó en lo que respecta a las obras civiles para la construcción e instalación del biodigestor; y la Secretaría de Ambiente Sustentable de Entre Ríos colaboró con prensa y publicidad.

Además, el INTI tiene otros tres biodigestores en proceso de construcción. Uno en San Justo, Santa Fe, para tratar Residuos Sólidos Urbanos. Otro que se está construyendo en Mendoza, con la Universidad Nacional de Cuyo, y es un equipo piloto pensado para investigación y desarrollo. Y un tercer equipo en Buenos Aires, para tratar los efluentes del frigorífico avícola del Centro Ecuménico de Educación Popular (CEDEPO).

¿Un dato curioso? Para el aislamiento del biodigestor de ADCADIS se utilizaron botellas plásticas con el fin de concientizar a la comunidad para que siempre que sea posible, en lugar de generar mayor cantidad de residuos, los reutilice. Porque, como diría una conocida canción, “nada se pierde, todo se transforma”.