En busca del eslabón perdido

No se trata de una película de Spielberg, sino de un hecho real: hallaron un dinosaurio que sería el antepasado del herbívoro gigante que habitó la Tierra durante el período jurásico. Cualquier semejanza con la ficción es pura coincidencia.

Investigadores del CONICET descubrieron una nueva especie de saurópodo en Sierra de Taquetrén, Chubut, que representa un “eslabón perdido” en la cadena evolutiva del animal terrestre más grande de todos los tiempos.

“Esta es la primera de cinco especies nuevas de dinosaurio que encontramos”, anuncia a Agencia CTyS Diego Pol, investigador del Museo Paleontológico Egidio Feruglio. El hallazgo fue publicado recientemente en la revista científica PLoS One (http://
www.plosone.org/article/info:doi/10.1371/journal.pone.0014572).

El grupo Sauropodomorpha es uno de los tres principales grupos de dinosaurios. A él pertenece el Leonerasaurus taquetrensis, este fósil descubierto en el marco de un proyecto de exploración de rocas jurásicas de la Patagonia.

“Hay aproximadamente un 70% del esqueleto. Sólo falta la cola, parte de la pata y parte de la cabeza, pero el resto estaba preservado y articulado”, precisa Pol, al referirse a la especie que oficia de punto de transición entre prosaurópodos y saurópodos.

Los prosaurópodos eran herbívoros bípedos, de cráneo bajo y alargado, con dientes de márgenes aserrados. Medían entre dos y nueve metros, tenían cuello largo (aunque no tanto) y tenían dos o tres vértebras sacras en la pelvis.

Los saurópodos, en tanto, eran herbívoros cuadrúpedos, de cuello mucho más largo, cráneo corto y alto, con dientes lisos y en forma de cuchara. Su tamaño oscilaba entre 15 y 35 metros de largo, y poseía cuatro o más vértebras sacras.

Por su parte, el Leonerasaurus tenía características intermedias. Como las formas primitivas, era pequeño, de cuello ligeramente alargado y medía unos tres metros. Pero en la pelvis tenía cuatro vértebras sacras, y sus dientes eran algunos aserrados y otros
planos.

“El incremento de vértebras en el sacro fue una preadaptación para luego poder desarrollar grandes tamaños de masa corporal”, explica el investigador. Hasta hoy, se han descrito cerca de cien especies de saurópodos. Entre las especies argentinas más conocidas
se cuentan el Patagosaurus, el Argentinosaurus y el Amargasaurus.

Los restos del Leonerasaurus se excavaron entre 2005 y 2007. Al año siguiente, se prepararon los fósiles en el laboratorio del Museo Egidio Feruglio. Y durante 2009 y 2010, se realizó el estudio que acaban de publicar en la PLoS One.

“Desde el descubrimiento inicial en el campo hasta que uno empieza a estudiar, tranquilamente pueden pasar cuatro años”, calcula Pol. Los trabajos de extracción en el campo pueden tomar dos temporadas o más. Y luego, en el laboratorio, se hace la limpieza y consolidación del material, que puede llevar de uno a dos años, según el tamaño.