El satélite SAOCOM 1B ya está en órbita

La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) lanzó ayer a las 20.18 horas el satélite SAOCOM 1B desde la Base de Cabo Cañaveral, en Estados Unidos, y con soporte de las bases ubicadas en Córdoba, Bariloche y Buenos Aires. Con este hito, se completó la misión más ambiciosa hasta el momento de la industria espacial argentina.

Agustina Lima (Agencia CTyS-UNLaM) - Este domingo 30 de agosto, desde las instalaciones de la empresa SpaceX, en Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos, la CONAE puso en órbita -a bordo del vehículo lanzador Falcon 9- el satélite argentino que tiene como principal objetivo proveer servicios a la producción agropecuaria.

El satélite, que completa la Misión SAOCOM junto a su gemelo 1A, es el resultado de más de diez años de trabajo, y se integrará al Sistema Ítalo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias (SIASGE). Participaron de su desarrollo más de mil profesionales y 80 instituciones y empresas del sistema científico tecnológico nacional.

En referencia al emotivo momento, Raúl Kulichevsky, Director Ejecutivo y Técnico de la CONAE, afirmó: “Sentimos un gran orgullo y satisfacción. El SAOCOM 1B ya está volando en perfecto estado, gracias al trabajo y la capacidad de nuestros profesionales. Saludos y felicitaciones a todos los que pusieron su granito de arena para que esto sea posible”. 

Últimas horas de SAOCOM en la Tierra y lanzamiento

Las actividades preparatorias para el lanzamiento comenzaron ayer a las 9 de la mañana, con el control de las comunicaciones y verificaciones entre todas las sedes y las estaciones terrenas, entre los 13 profesionales argentinos que comandaron las operaciones desde SpaceX en conjunto con otros 60 ingenieros e ingenieras con base en Argentina de CONAE, INVAP, el laboratorio GEMA de la Universidad de La Plata (UNLP) y la empresa Vehículo Espacial Nueva Generación (VENG).

A las 20.04 horas el ingeniero Pablo Ordoñez, responsable de lanzamiento del SAOCOM 1B, confirmó que el satélite estaba listo para ser lanzado, y a las 20.18 horas finalmente partió a su órbita, ubicada a 600 kilómetros de la Tierra.

A las 20.30 horas, se tomó contacto por primera vez con el satélite ya en el espacio, luego de su paso por la estación de Lima, Perú, para que luego fuera asistido de forma automática y abriera los paneles solares para cargar las baterías y encender el GPS.

A partir de este momento, el Centro Control de Misión, ubicado en el Centro Espacial Teófilo Tabanera de la CONAE ubicado en Córdoba, comenzó a recibir la telemetría del satélite y a comunicarse con el resto de los grupos. Estos monitoreos continuaron hasta la siguiente pasada del satélite por Tierra del Fuego. Luego, en la estación del Polo Norte, la estación terrena de Córdoba tomó el control y ejecutó los primeros comandos sobre la plataforma.

El ingeniero Lucas Bruno, jefe de operaciones de la Misión SAOCOM explicó: “El clima nos estuvo apurando, pero a último momento se abrieron las nubes para poder lanzar. Todo salió a la perfección. Ahora bajó un poco la adrenalina, pero seguimos trabajando porque tenemos que abrir los paneles de la antena y empezar a preparar el sistema de propulsión para llegar a la órbita final. Quedan tres días por delante a este ritmo, cuidando todos los detalles hasta verificar que esté todo correcto”.

En las próximas 36 horas se realizarán actividades críticas para controlar y monitorear el satélite de forma constante. Asimismo, con comandos a distancia, se desplegará la antena del Radar de Apertura Sintética (SAR, por sus siglas en inglés), que abarca 35 metros cuadrados.

Por su parte, la ingeniera Josefina Pérès, Jefa del Proyecto SAOCOM, concluyó: “La sensación es de una alegría muy grande y de tranquilidad por haber cumplido este hito tan importante. Es una satisfacción inigualable”.

Los satélites SAOCOM fueron desarrollados y fabricados en el país por la CONAE junto con la empresa INVAP, contratista principal del proyecto, la firma pública VENG, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el Laboratorio GEMA de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), entre otras 80 empresas de tecnología e instituciones del sistema científico tecnológico del país. Además, contó con la colaboración de la Agencia Espacial Italiana (ASI).